Se descubre una interacción nociva cuando los microplásticos se combinan con los llamados «químicos eternos».

Posted on
Se descubre una interacción nociva cuando los microplásticos se combinan con los llamados «químicos eternos».

(Eleonora Galli/Moment/Getty Images)

Los microplásticos y los llamados «químicos permanentes» son un problema ambiental grave. Una investigación reciente muestra que, combinados, causan mucho más daño que cuando actúan por separado.

Un equipo de la Universidad de Birmingham descubrió que al exponer pulgas de agua (Daphnia magna) a microplásticos y PFAS juntos, el daño fue hasta un 41% mayor que cuando se estudian por separado.

La Daphnia magna expuesta a estos contaminantes presenta fallas evidentes en la producción de huevos (círculos). (Soltanighias et al., Environmental Pollution, 2024)

Estos efectos incluyeron crecimiento reducido, retraso en la madurez sexual y menos crías. Además, las pulgas expuestas anteriormente a otros contaminantes sufrieron daños más graves, mostrando un efecto acumulativo.

Según el científico Mohamed Abdallah, es esencial estudiar cómo los contaminantes combinados afectan a los organismos a lo largo de su vida para entender mejor los riesgos reales y actuar en consecuencia.

Los microplásticos son diminutos fragmentos de plástico que surgen al descomponerse materiales más grandes o al desprenderse fibras sintéticas. Aunque aún no se conoce su impacto total, se están encontrando incluso en los lugares más remotos del planeta.

Por su parte, los PFAS se usan en procesos industriales por su capacidad para resistir el fuego. Sin embargo, están vinculados con daños renales y cáncer. Como son casi indestructibles, se han encontrado en animales, lluvia y hasta en humanos.

El estudio recreó cómo las pulgas de agua podrían estar expuestas a ambos contaminantes en su entorno natural. Estas pulgas son cruciales para la cadena alimenticia acuática y sirven como indicador de la contaminación ambiental.

La bióloga Luisa Orsini señaló que esta investigación podría ayudar a entender cómo los PFAS afectan la función genética, arrojando luz sobre sus impactos a largo plazo en los organismos.

Identificar el daño de cada contaminante ya es difícil, pero entender su impacto combinado es un desafío mayor. Con mejores tecnologías, los investigadores esperan cuantificar estos efectos en situaciones más complejas.

Este estudio es relevante no solo para especies acuáticas, sino también para los humanos. Destaca la necesidad urgente de crear políticas que regulen las combinaciones de contaminantes en el ambiente.

Orsini subrayó la importancia de comprender los efectos crónicos y acumulativos de estas mezclas químicas, especialmente cuando otros factores ambientales ya debilitan a los organismos.

La investigación fue publicada en la revista Environmental Pollution y marca un paso crucial para abordar el impacto de los contaminantes emergentes en la vida silvestre y en la salud humana.