En la escuela nos enseñan que nuestro planeta está formado por cuatro capas distintas: la corteza, el manto, el núcleo externo y el núcleo interno. Ahora, un equipo de científicos sostiene que, de hecho, el núcleo interno parece tener dentro otro núcleo aún más interno.
El estudio fue publicado en Journal of Geophysical Research: Solid Earth y su autora principal es Joanne Stephenson de la Universidad Nacional de Australia,
El interior del planeta
Además de los personajes de Julio Verne, nadie ha logrado llegar al centro de la Tierra; sin embargo, “conocemos” su estructura gracias a observaciones indirectas. Los volcanes, ondas sísmicas y hasta el campo magnético de nuestro planeta nos dan una idea de lo que hay adentro.
Con estos datos, los científicos han calculado el núcleo interno del planeta, su temperatura y volumen. Así, sabemos que alberga temperaturas superiores a 5.000 grados Celsius y representa solo el 1 por ciento del volumen total de la Tierra.
Pese a ello, Stephenson y sus colegas ahora han encontrado suficiente evidencia para sugerir que el núcleo interno del planeta podría tener dos capas distintas. «Es muy emocionante, ¡y podría significar tener que volver a escribir los libros de texto!», sostuvo.
¿Cómo encontraron una nueva capa?
“La idea de otra capa distinta se propuso hace un par de décadas, pero los datos no habían sido muy claros”, explicó Stephenson. «Solucionamos esto mediante el uso de un algoritmo de búsqueda muy inteligente para rastrear miles de modelos del núcleo interno”.
El algoritmo se encargó de hacer coincidir los modelos con datos sísmicos recopilados por décadas. De hecho, se esperaba hallar qué modelo explicaba mejor los tiempos en que las ondas sísmicas tardan en viajar a través del planeta.
De esa manera, el equipo encontró “evidencia que puede indicar un cambio en la estructura del hierro, lo que sugiere quizás dos eventos de enfriamiento separados en la historia de la Tierra», explicó Stephenson. «Los detalles de este gran evento todavía son un poco misteriosos, pero hemos colocado otra pieza al rompecabezas cuando se trata de nuestro conocimiento sobre el núcleo interno de la Tierra».
Según Stephenson, estudiar e investigar la estructura interna del núcleo interno puede ayudarnos a comprender más sobre la historia y la evolución de la Tierra. No obstante, como mencionan en su artículo, están “limitados por la distribución de los terremotos y receptores globales”. Esto hace que los datos faltantes disminuyan la certeza de sus conclusiones.
Se espera que con nuevos métodos se llenen algunas lagunas de los datos y permitan a los investigadores confirmar o descartar los actuales hallazgos.