Paleontólogo postula una hipótesis descabellada sobre los brazos cortos del T. rex

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Paleontólogo postula una hipótesis descabellada sobre los brazos cortos del T. rex

El famoso T. rex y sus parientes cercanos, todos terópodos gigantes, son muy conocidos por sus diminutos brazos en comparación con su gran cuerpo. Estos son constantemente objeto de asombro y especulación por parte de expertos y aficionados.

Al inicio de su evolución, estos tiranosauroides y terópodos gigantes tenían extremidades anteriores más largas; lo que genera una pregunta recurrente en los círculos de investigación: ¿Por qué sus extremidades se volvieron tan cortas? 

«¡Mira por donde muerdes!»

Saber con exactitud qué pasó es muy difícil, pues solo contamos con fósiles de más de 60 millones de años, aunque se han barajeado numerosas hipótesis. Estas incluyen factores como la selección natural, la selección sexual, la compensación energética y la rudimentación debido al desuso.

Parecen ser muy lógicas, sin embargo, un reciente estudio publicado en Acta Paleontológica Polonica apuesta por una hipótesis un tanto descabellada. Según la investigación, los brazos del T. rex se acortaron para reducir el riesgo de mordeduras accidentales por parte de sus congéneres. ¿Esto significa que los T. rex se comían entre ellos?

Kevin Padian, biólogo de la Universidad de California y autor del estudio lo explica así:

«¿Qué pasaría si varios tiranosaurios adultos convergieran alrededor de una presa? Tienes un montón de cabezas enormes, con mandíbulas y dientes increíblemente poderosos, desgarrando y masticando carne y huesos justo a tu lado. ¿Qué pasa si tu amigo cree que te estás poniendo un poco demasiado cerca de su parte? Podrían advertirte que te alejes cortándote el brazo«.

En este escenario, «sería un beneficio reducir las extremidades anteriores, ya que de todos modos no las estás usando en la depredación«.

A buscar marcas de dientes

Esta suposición se ampara en el registro óseo y los análisis de cómo se encuentran los huesos, o las huellas que brindan más información sobre el comportamiento de los tiranosaurios.

Para tratar de probar su hipótesis, Padian tomó medidas de un espécimen fósil casi completo llamado MOR 555. Con estas medidas, sugiere que algunas de las hipótesis anteriores son poco probables, ya que los brazos de T. rex son demasiado pequeños y débiles para tener alguna utilidad. Por ello, Padian hipotetiza que, evolutivamente hablando, fue más ventajoso tener brazos pequeños, para protegerlos durante la hora de la comida en grupo.

«Los brazos más largos, especialmente en su orientación natural, algo extendida anteriormente, los habrían llevado al ámbito de las mandíbulas más mortíferas jamás registradas en tierra. El peligro de heridas, amputaciones, infecciones, enfermedades y, finalmente, la muerte… habría sido una fuerza selectiva para la reducción, independientemente de la funcionalidad remanente de las extremidades».

«Supongamos, por lo tanto, que la reducción del tamaño de las extremidades anteriores fue una función secundaria de la selección de otra cosa. Como tal, no deberíamos buscar la funcionalidad en estas extremidades reducidas, sino cómo esa reducción sirvió para un propósito más amplio«.

Padian, en su artículo comenta que su hipótesis podría probarse si se encontrasen menos marcas de mordeduras en los huesos de los brazos del T. rex que en otras partes de sus cuerpos.

«Primero quería establecer que las ideas funcionales prevalecientes simplemente no funcionan», declaró. «Eso nos lleva de vuelta al punto de partida. Entonces, podemos adoptar un enfoque integrador, pensando en la organización social, el comportamiento alimentario, además de las consideraciones puramente mecánicas».