TikTok está en todas partes. Unos 1 800 millones de personas la usan al menos una vez al mes, y cada día pasan casi hora y media en la app.
Ahí se entretienen, aprenden cosas nuevas o simplemente ven videos sin parar. Pero, cuando se trata de salud mental, especialmente del TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) hay que tener cuidado.
Un nuevo estudio de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, reveló algo preocupante sobre los videos más vistos sobre TDAH en TikTok.
De los 100 videos más populares con esa etiqueta, menos de la mitad describen el trastorno de forma precisa según criterios profesionales.
Lo peor es que esos videos tienen, en conjunto, casi 500 millones de vistas. Muchísima gente está recibiendo información incompleta o equivocada.
La mayoría se basa en experiencias personales. Lo cual puede ser valioso, pero no siempre es correcto o útil para entender el TDAH.
“TikTok puede ayudar a reducir el estigma, pero también puede confundir si no se da contexto”, dice Vasileia Karasavva, psicóloga clínica y autora del estudio.
Las experiencias personales son potentes, sí, pero sin explicar los matices del TDAH pueden crear falsas ideas sobre lo que es realmente el trastorno.
El estudio, publicado en PLOS One, también hizo un experimento interesante con estudiantes de psicología.
Mostraron a 843 estudiantes los cinco videos más precisos y los cinco menos precisos, según psicólogos clínicos.
Luego, les pidieron que calificaran el valor educativo de esos videos. Y ahí pasó algo curioso.
Los videos más correctos, que los expertos puntuaron con un 3,6 de precisión, solo recibieron un 2,8 de los estudiantes en valor educativo.
Los peores, que los psicólogos calificaron con apenas 1,1, recibieron un 2,3 de los estudiantes. O sea, los estudiantes pensaban que eran útiles.
Eso muestra una brecha gigante entre lo que los expertos consideran valioso y lo que el público joven percibe como educativo.
Esa desinformación puede afectar cómo las personas entienden el TDAH, incluso influir en diagnósticos o tratamientos equivocados.
Los investigadores también vieron que los estudiantes que consumían más contenido sobre TDAH en TikTok tendían a compartirlo más y pensaban que era más común de lo que es.
TikTok no premia la precisión, premia los clics y las vistas. Por eso, muchos creadores buscan atraer atención, no necesariamente informar bien.
El equipo del estudio no está en contra de TikTok. De hecho, valoran su poder para crear comunidad y conectar con jóvenes.
Pero piden más presencia de profesionales de salud mental en la plataforma, para equilibrar la balanza.
También invitan a los usuarios a no quedarse solo con lo que ven ahí. Es clave buscar información en fuentes confiables.
“Muchos jóvenes llegan a TikTok porque no encuentran ayuda en otros lados”, dice Amori Mikami, coautor del estudio.
Y eso también es parte del problema: cuando el sistema de salud falla, las redes sociales llenan el vacío, con todo lo bueno y lo malo que eso implica.