Un grupo de físicos logró algo que suena sacado de ciencia ficción: crearon un cuasicristal de tiempo dentro de un diamante usando láseres. Y no, no es broma.
Este logro, que puede parecer raro, es un gran paso en la física cuántica. El estudio fue publicado en la revista Physical Review X.
Primero, ¿qué es un cristal de tiempo? Es un tipo de materia donde las partículas se mueven en patrones repetitivos… pero no por algún impulso externo. Se mueven solas, en bucle.
Ahora, imagina eso, pero con un patrón que no se repite nunca. Ese es un cuasicristal de tiempo. Tiene orden, pero sin repetición exacta. Muy loco.
Los científicos ya habían visto cristales de tiempo antes, pero esta es la primera vez que logran crear uno que funciona como cuasicristal, según el equipo liderado por Guanghui He y Bingtian Ye.
“Es una fase completamente nueva de la materia”, dijo Chong Zu, físico de la Universidad de Washington y parte del proyecto.
¿Y cómo lo hicieron? Usaron un diamante. Le sacaron algunos átomos de carbono y crearon una especie de “hueco” llamado centro nitrógeno-vacante.
Este centro tiene un átomo de nitrógeno junto a un espacio vacío. Esa combinación permite hacer cosas cuánticas muy interesantes.
Luego, con pulsos de microondas, los electrones empezaron a moverse al ritmo de esas ondas, pero de forma estructurada y no repetitiva.
Es como si bailaran una coreografía que nunca se repite, pero que igual tiene cierto orden. Suena poético, pero es pura física.
Ye explicó que usaron microondas para iniciar ese “ritmo” temporal. Eso creó el orden del cuasicristal de tiempo.
Observaron ese patrón durante cientos de ciclos, hasta que, como suele pasar con estos cristales, se descompuso. Son súper delicados.
La gran diferencia con otros materiales, como el cuarzo o la sal, es que en esos los átomos se repiten en el espacio. En los cristales de tiempo, el orden está en el tiempo.
Y este cuasicristal no se repite ni en el tiempo. Tiene estructura, pero sin repetir patrones. Como un mosaico que nunca se copia a sí mismo.
Estos experimentos ayudan a entender mejor el extraño mundo cuántico. También podrían tener aplicaciones prácticas más adelante.
Por ejemplo, podrían usarse en computación cuántica o para hacer sensores súper precisos. Incluso podrían ayudar a medir el tiempo con mucha más exactitud.
Zu dice que todavía estamos lejos de usar esto como memoria cuántica, pero que este es un primer paso importante. La idea sería tener algo así como una RAM cuántica.
Por ahora, la clave fue demostrar que se puede crear este tipo especial de material. Y lo hicieron dentro de un diamante de apenas un milímetro.
Puede que falte mucho para ver esto en uso real, pero como en todo avance científico: el primer paso siempre es el más importante.