Un estudio reciente sugiere que los planetas que orbitan estrellas enanas blancas podrían ser más habitables de lo que se pensaba. La investigación la lideró Aomawa Shields, astrónomo de la Universidad de California en Irvine.
Los científicos compararon dos planetas hipotéticos en zonas habitables: uno alrededor de una enana blanca y otro alrededor de la estrella Kepler-62. Para ello, usaron un modelo climático en 3D similar al que estudia el clima terrestre.
Sorprendentemente, encontraron que el planeta de la enana blanca era mucho más cálido que el de Kepler-62, a pesar de recibir energía estelar de forma parecida. ¿La razón? Su rotación rápida y el comportamiento de sus nubes.
Las enanas blancas ya no tienen fusión nuclear en su núcleo, pero aún emiten algo de calor desde sus capas externas. Por eso, muchos descartaban que pudieran albergar planetas habitables.
Sin embargo, las simulaciones muestran que si un planeta rocoso orbita cerca de una enana blanca, podría tener más superficie habitable de lo que se creía. La clave está en su velocidad de rotación.
El planeta de la enana blanca gira en solo 10 horas, mientras que el de Kepler-62 tarda 155 días. Esta diferencia cambia la forma en que se distribuyen las nubes y la temperatura en sus superficies.
Ambos planetas estarían bloqueados en una órbita sincrónica, con un lado siempre de día y otro siempre de noche. Pero la rápida rotación del planeta enano blanco impide que se acumulen muchas nubes en su cara diurna.
Por otro lado, el planeta de Kepler-62 acumula tanta nubosidad en su lado diurno que refleja demasiada radiación y se enfría más de lo esperado. Esto podría hacer que pierda zonas habitables.
El planeta de la enana blanca, al tener menos nubes en el lado diurno y un fuerte efecto invernadero en el nocturno, logra retener más calor. Y eso podría ser clave para la vida.
Antes se pensaba que las enanas blancas eran entornos hostiles para la vida. Ahora, este estudio sugiere que podrían tener mundos habitables, algo que antes ni se consideraba.
Con telescopios como el James Webb, los astrónomos podrán estudiar estos planetas en detalle. Quizás estamos entrando en una nueva era en la exploración de exoplanetas.
El estudio fue publicado en la revista Astrophysical Journal.