Científicos desarrollan un tipo de ‘hormigón vivo’ que cura sus propias grietas

Posted on
Científicos desarrollan un tipo de ‘hormigón vivo’ que cura sus propias grietas

El concreto es un material increíble. Fuerte, resistente y muy usado en todo el mundo. Pero tiene un gran problema: es frágil cuando se estira o se agrieta.

Con el tiempo, las grietas pequeñas se vuelven grietas grandes. Eso debilita estructuras y cuesta mucho arreglarlas. Por eso, los científicos llevan décadas buscando una solución.

Y ahora, un grupo de investigadores parece haber encontrado una forma genial de hacer que el concreto se repare solo.

El equipo, liderado por la ingeniera mecánica Congrui Grace Jin de la Universidad Texas A&M, desarrolló un concreto con liquen sintético que puede sanar sus propias grietas.

Sí, como si tuviera vida propia.

La idea no es del todo nueva. Antes ya se habían hecho intentos usando bacterias. Pero esas bacterias necesitaban que alguien les echara nutrientes para funcionar.

Es decir, el concreto no se sanaba solo realmente. Necesitaba ayuda externa.

Lo que hizo este nuevo equipo fue ir más allá. En vez de bacterias, usaron un tipo de liquen diseñado en laboratorio. Un organismo que no necesita que lo alimenten.

Un liquen, por si no lo sabías, no es una sola criatura. Es una combinación de un hongo y un alga o cianobacteria trabajando juntos.

El alga capta dióxido de carbono y nitrógeno del aire. El hongo atrae calcio y forma carbonato de calcio, que es lo que forma cosas como conchas, corales y cáscaras de huevo.

Ese mismo material se deposita en las grietas del concreto, pegándolas otra vez, como si fuera cemento nuevo.

Lo mejor de todo: no hay que hacer nada. No hay que rociar nutrientes, ni activarlo con calor, ni aplicarlo a mano.

El liquen se queda ahí, haciendo su trabajo en silencio, reparando las grietas sin ayuda humana.

En las pruebas de laboratorio, lograron demostrar que el material sí funciona. Las grietas se cerraban y no volvían a crecer.

No es tan distinto a lo que usaban los romanos hace siglos, con concreto que reaccionaba al agua para curarse solo. Solo que ahora, la ciencia lo hace con biotecnología.

Todavía falta investigar más. Por ejemplo, ver cómo responde el liquen a grietas ya existentes o si funciona en estructuras grandes.

Pero la idea ya está sobre la mesa: un concreto vivo, autosuficiente, que se arregla solo, sin necesidad de mantenimiento constante.

Eso podría cambiarlo todo en las infraestructuras. Edificios más duraderos. Menos reparaciones. Menos gasto.

Y una forma de hacer más sostenible uno de los materiales más usados por la humanidad.

Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica Materials Today Communications. Y abren un camino muy prometedor para el futuro de la construcción.