Nuevo estudio revela un vínculo alarmante entre la obesidad y el cáncer de mama

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Nuevo estudio revela un vínculo alarmante entre la obesidad y el cáncer de mama

Célula tumoral rodeada de plaquetas. Crédito: Marta Hergueta / CNIO.

Ya sabíamos que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer de mama y que puede facilitar que se extienda a otros órganos. Pero no estaba claro por qué ocurre eso.

Un nuevo estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderado por Héctor Peinado, encontró una posible explicación: una dieta rica en grasa activa procesos que favorecen la metástasis.

El estudio se realizó en ratones con cáncer de mama triple negativo, un tipo que suele propagarse a los pulmones. Los resultados se publicaron en Nature Communications.

Para que las células cancerosas hagan metástasis, deben salir del tumor, circular por la sangre y establecerse en otro órgano. A veces, el tumor prepara ese nuevo lugar antes de llegar.

A ese proceso se le llama «nicho premetastásico», y básicamente es un entorno modificado para que las células tumorales puedan instalarse con mayor facilidad.

Los investigadores observaron que los ratones con dieta alta en grasa presentaban cambios biológicos que facilitaban ese nicho en los pulmones.

Detectaron mayor activación de plaquetas, más coagulación y una proteína llamada fibronectina, que ayuda a que las células se adhieran en el tejido pulmonar.

Las plaquetas rodeaban a las células cancerosas mientras viajaban por el cuerpo, como si las protegieran del sistema inmunológico.

Eso podría explicar por qué el sistema inmune no detecta fácilmente esas células tumorales en movimiento.

Además, la dieta alta en grasa aumentó los niveles de fibronectina en los pulmones, lo que hizo que las células cancerosas pudieran adherirse con mayor facilidad.

La fibronectina no solo conecta las células del pulmón, también permite una mejor interacción entre tumor, plaquetas y tejido pulmonar.

El equipo también analizó muestras de sangre de pacientes con cáncer de mama triple negativo, antes y después de la quimioterapia.

No encontraron una relación directa entre obesidad y metástasis en humanos. Pero sí vieron que quienes tenían mayor coagulación presentaban más riesgo de recaída a cinco años.

Esto sugiere que los niveles de coagulación pueden ser una señal de alerta para identificar riesgos en pacientes con cáncer de mama.

Además, probaron modificar la dieta en ratones. Cuando cambiaron a una dieta baja en grasa, las plaquetas y la coagulación volvieron a niveles normales.

Eso también redujo la metástasis. Es decir, la dieta tuvo un impacto directo en el avance del cáncer en estos modelos.

Héctor Peinado explicó que estos resultados no son una cura, pero pueden complementar otros tratamientos si se combinan con control de la coagulación y cambios en la alimentación.

Este trabajo, en colaboración con otros centros en España y Canadá, abre una nueva línea de investigación sobre cómo la dieta afecta el entorno del cáncer.

Todavía hay mucho por entender, pero estos datos podrían mejorar el manejo clínico de pacientes con cáncer de mama en el futuro.