Desde la última vez que los astronautas dejaron la superficie lunar hace 52 años, el tiempo ha seguido su curso. Sin embargo, para la Luna, el regreso de los terrícolas parece haber tardado un poco más: aproximadamente 1.1 segundos más largo.
Un nuevo estudio realizado por científicos de la NASA revela que la Luna avanza 0.0000575 segundos cada día en comparación con la Tierra. Aunque parezca insignificante, esta pequeña diferencia podría tener implicaciones cruciales para los sistemas de navegación durante las esperadas misiones tripuladas de la agencia espacial estadounidense hacia la Luna y más allá.
Según el estudio, publicado en el servidor de preimpresión arXiv, la capacidad de la gravedad para ralentizar el tiempo, como predijo Albert Einstein en su teoría de la relatividad general, ha sido confirmada prácticamente.
Sin embargo, solo recientemente hemos desarrollado relojes atómicos lo suficientemente sensibles como para medir estas distorsiones temporales entre objetos bajo diferentes gravedades, como la Tierra y la Luna.
Tiempo unificado
Con la misión Artemis de la NASA, que tiene como objetivo enviar astronautas a la Luna para 2026, se necesitaba entender estas pequeñas diferencias de tiempo debido a la presencia prolongada que se planea establecer en la Luna.
Cheryl Gramling, ingeniera de sistemas de navegación en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, explicó que la precisión temporal es crucial para la navegación y el aterrizaje lunar, especialmente al evitar áreas peligrosas.
Recientemente, la agencia espacial recibió la tarea de establecer un sistema de referencia de tiempo unificado para la Luna, en el que este descubrimiento jugará un papel importante. Aunque los resultados aún no han sido revisados por pares, representan un paso significativo hacia la definición final del tiempo lunar, que será discutida por varias agencias internacionales en agosto.
Además, el estudio destacó que la rotación de la Tierra está disminuyendo gradualmente, lo que alarga nuestros días, un fenómeno que también deberá ser monitoreado junto con las actividades humanas que afectan esta rotación.
El estudio no solo ofrece nuevas perspectivas sobre la relación temporal entre la Tierra y la Luna, sino que también subraya la importancia de ajustar nuestros sistemas de medición para futuras exploraciones espaciales más allá de nuestro propio planeta.