Cada día aprendemos algo nuevo sobre el SARS-Cov2, el novel coronavirus causante de la pandemia de COVID-19. Ahora, según una investigación publicada en bioRxiv, y que aún no ha sido revisada por pares, el mencionado virus puede infectar directamente las células cerebrales.
Aunque el coronavirus se ha relacionado con varias formas de daño cerebral, hasta ahora había poca evidencia de que invada el tejido cerebral. Por eso, la inmunóloga Akiko Iwasaki, de la Universidad de Yale decidió realizar tres experimentos separados.
Tres experimentos
Para ver si el SARS-Cov2 podía penetrar en las neuronas, los autores del estudio examinaron el tejido cerebral de tres pacientes que murieron de COVID-19. También realizaron experimentos en ratones infectados con COVID-19. Finalmente, hicieron lo mismo en organoides, grupos de células cultivadas en una placa de laboratorio para imitar la estructura 3D del tejido cerebral.
Este estudio es el primero de su tipo. Anteriormente, solo había informes de casos raros de ARN del SARS-CoV-2 y partículas virales encontradas en tejido post-mortem de pacientes. En los organoides, el equipo descubrió que el virus podría ingresar a las neuronas a través del receptor ACE2. Como se recuerda, esta es una proteína en la superficie celular que el virus usa para ingresar a la célula y desencadenar la infección.
Luego usaron un microscopio electrónico, que usa haces de partículas cargadas para iluminar el tejido y mirar dentro de las células infectadas. Así, pudieron ver las partículas de coronavirus brotando dentro de la célula, lo que demuestra que el virus se había apoderado de las neuronas
Mientras se instalaba en las células infectadas, el virus también provocó cambios metabólicos en las neuronas cercanas que no estaban infectadas. Estas células cercanas murieron en grandes cantidades, lo que sugiere que las células infectadas podrían robar oxígeno a sus vecinas para seguir produciendo nuevos virus.
“No sabemos si se están produciendo eventos similares en personas infectadas”, explicó Iwasaki, aunque hay algunas pruebas de que podrían serlo. En el tejido de la autopsia, el equipo encontró que el SARS-Cov2 había infectado algunas neuronas en la corteza cerebral arrugada.
Algo que llamó la atención de los investigadores es que el tejido cerebral infectado no se inundó de células inmunitarias, como era de esperarse. Por lo tanto, es posible que cuando el SARS-Cov2 entre en el cerebro, se las arregle para escapar de las defensas del cuerpo. Aún no se sabe cómo esta respuesta inmune inusual podría afectar el curso de la infección, pero puede hacer que el virus sea más difícil de eliminar del cerebro.
Otros detalles
Finalmente, en los experimentos con ratones, los autores modificaron genéticamente un grupo de ratones para expresar receptores ACE2 humanos en sus cerebros. Un segundo grupo solo portó este receptor en sus pulmones.
El primer grupo de ratones comenzó a perder peso rápidamente y murió en seis días, mientras que el segundo grupo no perdió peso y sobrevivió. Además, en los ratones con infección cerebral, la disposición de los vasos sanguíneos en el cerebro cambió drásticamente
Aunque el estudio tiene sus limitaciones (en los seres humanos el virus no se introduce directamente en el cerebro), puede ser útil. Por ejemplo, puede ayudar a explicar la fatiga crónica o la pérdida del sentido del olfato que algunos pacientes están reportando.