Los gatos, con su gracia y aura de misterio, han cautivado a la humanidad durante siglos. No obstante, una reciente investigación publicada en Emerging Infectious Diseases ha revelado un aspecto sombrío en estos felinos. Investigadores británicos han identificado una nueva bacteria patógena para los humanos, transmitida por un gato callejero.
Un hombre de 48 años, sin problemas de salud previos, vivió un episodio alarmante tras ser mordido repetidamente por un gato callejero. En cuestión de horas, sus manos comenzaron a hincharse dolorosamente.
A pesar de recibir tratamiento inicialmente y ser dado de alta, se vio obligado a regresar al hospital debido a complicaciones. La infección había progresado, afectando los músculos y tejidos de sus manos. Sus dedos meñique y medio en la mano izquierda presentaban un doloroso agrandamiento, mientras que ambos antebrazos lucían rojos e inflamados.
Un patógeno misterioso
Los gatos, con sus dientes afilados, pueden introducir bacterias en los tejidos con sus profundas mordeduras. Aunque las infecciones derivadas de las mordeduras de gato suelen originarse por bacterias conocidas, este caso presentó particularidades.
El grupo de investigadores, encabezado por Nick Jones de la Universidad de Cambridge, se enfrentó a un enigma médico. Las pruebas iniciales no lograron identificar la bacteria causante. Fue necesario remitir una muestra al laboratorio de referencia de la FDA para obtener respuestas.
El hallazgo resultó asombroso: la bacteria, designada como G1610988, no se correspondía con ninguna otra previamente conocida. Su similitud más cercana recaía en una bacteria del género Globicatella, presente en la boca de los felinos.
Sin embargo, esta nueva cepa mostró características únicas, lo que llevó a los investigadores a concluir que pertenecía a una especie del género Globicatella nunca antes identificada.
La secuenciación completa del genoma bacteriano indicó que difiere alrededor de un 20% de otras cepas relacionadas, como G. sulfidfaciens. Esto sugiere que se trata de una «especie distinta y no descrita previamente«.
Debido a que G. sulfidifaciens es resistente a varios tipos comunes de antibióticos, puede resultar difícil de erradicar del cuerpo. Afortunadamente, la nueva cepa descubierta en el Reino Unido respondió bien al menos a algunos antibióticos, pero la historia conlleva una advertencia para el público.
Advertencia
Este hallazgo subraya la capacidad de los gatos para albergar bacterias desconocidas que pueden ser patógenas para los humanos, lo que subraya la importancia de ser cautos, especialmente con gatos callejeros expuestos a enfermedades. Estas implicaciones abarcan el ámbito del tratamiento médico, ya que la nueva cepa es resistente a múltiples antibióticos, lo que podría requerir una revisión de las recomendaciones actuales para tratar mordeduras de gato.
Este caso nos recuerda la importancia de la investigación continua en el campo de las enfermedades infecciosas. El mundo está lleno de microorganismos no descubiertos, y es esencial estar preparados para enfrentarlos. Mientras tanto, es vital recordar el peligro representa el mal uso de los antibióticos en la automedicación.