Algunos peces recorren el océano y otros los ríos. Los que nacen en lagos suelen vivir hasta los límites de la orilla y otros, cambian el agua salada por la dulce para reproducirse. Sin embargo, hay aquellos con un destino más limitado; viven en charcos que desaparecen cuando la temporada húmeda termina y la sequía es característica de las estaciones más secas. Estos son llamados también peces anuales.
Millerichthys robustus es uno de estos peces que habitan en cuerpos de agua temporales, y cuando la sequía llega, todos los peces adultos mueren. Para que una especie sobreviva en hábitats temporales ha de desarrollar características sorprendentes. Cuando las gotas de agua vuelven a crear charcos la población de M. robustus (rivulus mexicano o rivulus almirante, para los amigos) renace y empieza el ciclo nuevamente.
Esto es posible porque antes de morir por falta de agua, los adultos de este pez dejan sus huevos enterrados en el sustrato seco, en un estado llamado diapausa. La diapusa es un estado fisiológico de inactividad desencadenado por factores específicos y permite que, en este caso, los embriones del rivulus mexicano se desarrollen hasta eclosionar en el periodo de inundación, entre agosto y setiembre.
Genoma mitocondrial
Lo que se sabe sobre esta especie es sorprendente, pero los científicos han pasado décadas estudiándola y después de 30 años, una investigación publicada en Biological Journal of the Linnean Society ha resuelto uno de los misterios a su alrededor.
Omar Domínguez-Castanedo, de la Asociación Mexicana para el Estudio y Conservación de Cyprinodontiformes, quien también es coautor del estudio, explicó a Robotitus que su equipo descubrió que M. robustus no está emparentado con ninguna otra especie anual. Tras la secuenciación del ADN mitocondrial del pez, descubrieron que sus parientes evolutivos más cercanos son una especie de pez no anual endémica de Cuba, y no tiene relación con las especies anuales mas próximas a él, distribuidas en Colombia o Venezuela.
Es decir, M. robustus evolucionó de forma independiente su biología anual, y la diapausa durante su desarrollo embrionario. De acuerdo con el investigador, este es un ejemplo impresionante de evolución convergente, en el que todas las especies anuales aunque no emparentadas detienen su desarrollo exactamente en las mismas etapas.
Este desarrollo habría sido impulsado por selección natural, en el que persistían aquellos individuos capaces de resistir a la sequía durante su desarrollo embrionario, los que presentaban menos daños por condiciones extremas o aquellos capaces de persistir en aguas temporales.
Controversia científica
Historicamente, existían dos hipótesis sobre la naturaleza anual de M. robustus, ya que es la única especie anual descrita en Norteamérica. Para algunos científicos, se trataba de una especie emparentada con los peces anuales del norte de América del Sur y, para otros era una especie emparentada con los peces no anuales endémicos de las Antillas.
Hasta la fecha estas hipótesis se sustentaban en datos morfométricos de ejemplares conservados en museos. Pero los autores del reciente hallazgo usaron ejemplares recolectados en Playa Las Salinas, Veracruz, en el 2020 y que fueron mantenidos en etanol hasta la secuenciación de su genoma mitocondrial.
La reconstrucción filogenética, es decir su árbol genealógico, permitió resolver 30 años de controversia científica al concluir que su naturaleza anual surgió de forma independiente.
Es importante resaltar que M. robustus es un pez único en su tipo, ya que además de su estricto ciclo de vida anual, puede cambiar de sexo de hembra a macho bajo las condiciones de competencia por pareja. Características que no son expresadas juntas por ningún otro pez conocido.
«Millerichthys es una especie endémica de una pequeña región de nuestro país, por lo cual nos corresponde estudiarla, conservarla y darla a conocer a los mexicanos para que puedan maravillarse de esta extraordinaria especie», dice Domínguez-Castanedo.