Un equipo internacional de investigadores ha desarrollado una nueva técnica para mejorar las comunicaciones vía satélite. El plan permitiría que los satélites de órbita baja, que actualmente solo pueden gestionar señales de un usuario a la vez, manejen múltiples usuarios simultáneamente, reduciendo la necesidad de hardware adicional y mejorando la eficiencia.
La limitación actual de estos satélites radica en que cada antena solo puede dirigir una señal hacia un usuario, lo que obliga a las empresas a lanzar grandes constelaciones de satélites para ampliar la cobertura. Un ejemplo es el caso de SpaceX y su red StarLink, que ya cuenta con más de 6,000 satélites en órbita y planea lanzar miles más en los próximos años.
El nuevo método
Este modelo, aunque efectivo, es costoso y podría generar una mayor congestión en el espacio. El estudio, publicado en IEEE Transactions on Signal Processing, propone una solución a este problema.
Según H. Vincent Poor, coautor del artículo y profesor de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Princeton, la velocidad a la que se desplazan estos satélites (alrededor de 32 mil kilómetros por hora) dificulta el manejo de múltiples señales sin que se mezclen.
Sin embargo, la nueva técnica, denominada «compartición física de haces», permite dividir las transmisiones de una sola antena en varios haces sin necesidad de añadir componentes adicionales.
Shang-Ho Tsai, coautor del estudio y profesor en la Universidad Yang Ming Chiao Tung, explicó que esta técnica es comparable a usar una linterna para proyectar varios rayos de luz con una sola bombilla. «Esto implica una gran reducción en costos y consumo de energía», afirmó.
Además, una red de satélites que utilice este método requeriría menos dispositivos en órbita, lo que podría minimizar el riesgo de colisiones y reducir la generación de basura espacial.
Siguientes pasos
Aunque el estudio es teórico, los primeros ensayos realizados en tierra confirman que los cálculos son precisos. El siguiente paso, según Tsai, es implementar esta tecnología en un satélite real y probarla en el espacio.
Con este avance, se espera una gran mejora en la cobertura global de internet y en la gestión del creciente número de satélites en órbita baja.