OSIRIS-REx de la NASA es la primera misión de estadounidense diseñada para recoger muestras de un asteroide y traerlas a la Tierra para su posterior estudio. En ese sentido, este 20 de octubre la nave espacial recogerá muestras del asteroide Bennu y las traerá al planeta en tres años más.
Antes de eso, el equipo científico publicó un conjunto de seis artículos en Science y Science Advances para compartir sus hallazgos científicos sobre este asteroide hasta ahora. Uno de ellos proporciona la primera detección concreta de moléculas orgánicas complejas y minerales de carbonato en un asteroide cercano.
Bennu
El objetivo de la misión OSIRIS-REx es Bennu, un asteroide cercano a nuestro planeta que fue descubierto en 1999 y tiene un diámetro de 490 metros. Su nombre tiene origen en el antiguo pájaro mitológico egipcio asociado con el Sol, la creación y el renacimiento.
Este objeto es potencialmente peligroso: se cree que tiene una probabilidad de 1 en 2.700 de impactar con la Tierra a fines del siglo XXII.
Los científicos creen que Bennu podría contener los precursores moleculares del origen de la vida y los océanos de la Tierra. Por ese motivo, uno de los principales objetivos de la sonda es determinar sus propiedades físicas y químicas.
OSIRIS-REx
“La nave espacial ha estado observando el asteroide durante casi dos años”, dijo Joshua Emery, miembro del equipo científico de OSIRIS-REx. “Bennu ha resultado ser un pequeño asteroide fascinante y nos ha dado muchas sorpresas”.
Como se mencionó anteriormente, el primer intento de la misión para recoger muestras está programado para el 20 de octubre de 2020. Posteriormente, la nave volverá a nuestro planeta con al menos 60 gramos de Bennu el 23 de septiembre de 2023.
«Hemos estado trabajando durante más de una década hacia el próximo intento de muestreo», dijo. «Es un momento tan emocionante. La nave enviará datos con bastante rapidez para hacernos saber si la maniobra en sí fue exitosa, y será emocionante ver imágenes del evento de muestreo, que deberían enviarse dentro de un día».
Espectrómetro del OSIRIS-REx
El primero estudio, publicado en la revista Science, se realizó con los datos del espectrómetro de la sonda. Estos mostraron absorciones de moléculas orgánicas complejas y minerales de carbonato en la superficie de Bennu.
“Estos materiales no aparecen correlacionarse espacialmente con cualquier característica geológica específica u otras composiciones, pero están muy extendidas por la superficie”, explicó Emery.
El científico también dijo que estos datos proporcionan la primera detección concreta de materiales que contienen carbono en un asteroide cercano a la Tierra. “La presencia de compuestos orgánicos en Bennu sugiere que los asteroides como Bennu pudo haber traído moléculas orgánicas a la Tierra”, mencionó.
Con los datos del espectrómetro también se escribió un segundo artículo que también fue publicado en Science. Este también describe la existencia de carbonatos similares a los encontrados en ciertos meteoritos. Las imágenes de Bennu muestran que algunas de las rocas contienen vetas brillantes que pueden ser carbonato.
Dos más para Science Advances
Otro estudio, publicado en Science Advances, describe las propiedades físicas de las rocas superficiales de Bennu luego de medir las temperaturas en diferentes momentos del día. El análisis identificó dos poblaciones de rocas que difieren en inercia térmica (resistencia a los cambios de temperatura) y fuerza.
El tipo de roca más débil probablemente no sobreviviría al entrar en la atmósfera, por lo que es posible que no lo identifiquemos como un potencial meteorito. Por otro lado, es probable que otros objetos cercanos a la Tierra tengan rocas similares a Bennu.
Otro estudio, publicado también en Science Advances, midió el campo gravitatorio de Bennu, utilizando la trayectoria de la nave y mapeando las órbitas de pequeñas partículas expulsadas de Bennu. Los datos muestran que Bennu no tiene un interior uniforme, su centro parece tener una densidad menor que el promedio. Esto sugiere que Bennu solía girar mucho más rápido antes que ahora.
Los otros estudios también fueron publicados en Science y Science Advances.