A pesar de ser conocidos por su comportamiento solitario, los pulpos han sorprendido a la comunidad científica al unirse a grupos de caza que incluyen a diferentes especies de peces.
Un reciente estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution revela que estos cefalópodos no solo colaboran en estas cacerías, sino que también ejercen un rol de liderazgo. Incluso, en algunos casos, los pulpos llegan a «disciplinar» a sus compañeros de caza con un sutil golpe.
Históricamente, los pulpos han desconcertado a los científicos debido a su notable inteligencia, un rasgo que suele estar asociado a animales sociales.
Sin embargo, su tendencia a evitar el contacto con otros de su especie siempre fue un misterio. Ahora, este nuevo estudio ofrece una prueba más de la capacidad intelectual de los pulpos, mostrando cómo interactúan con otras especies de forma colaborativa y estratégica.
La investigación
El ecólogo del comportamiento Eduardo Sampaio, del Instituto Max Planck, y su equipo rastrearon 13 grupos de caza multi-especies durante 120 horas de inmersiones submarinas.
Observaron cómo diferentes especies contribuían con habilidades únicas para mejorar la eficiencia de la caza. Por ejemplo, los peces cabra (Mullidae) son expertos en localizar presas, mientras que el pulpo azul grande (Octopus cyanea) tomaba la decisión de cuándo comenzar la cacería.
«El pulpo actúa como el líder del grupo», explicó Sampaio. Según el estudio, aunque estos animales han evolucionado por separado durante más de 550 millones de años, han desarrollado la capacidad de organizarse y cooperar para obtener beneficios mutuos, como aumentar las tasas de captura de crustáceos, peces y moluscos.
Líder del equipo
Un hallazgo interesante del estudio es que, si bien no comparten directamente sus presas, la cooperación les permite a todos obtener alimento en distintas ocasiones. Los peces alertan a los pulpos sobre la presencia de presas, lo que les ahorra tiempo en la búsqueda. A su vez, los pulpos expulsan presas de las grietas a las que los peces no pueden acceder, facilitando su captura.
Esta interacción es especialmente beneficiosa para los peces, que de otro modo no podrían acceder a ciertas presas. Para los pulpos, la colaboración les permite conservar energía al centrarse en fuentes de alimento de alta calidad, mientras mantienen el control sobre el grupo.
Una característica notable de este sistema de caza es la capacidad de los pulpos para corregir el comportamiento de sus compañeros. El estudio documenta a pulpos golpeando a peces que no contribuyen al grupo, particularmente al mero de aleta negra (Epinephelus fasciatus), que a menudo merodeaba sin aportar al esfuerzo de la caza.
Los autores sugieren que este comportamiento flexible, basado en la cooperación y el uso de información social, refleja la competencia social y la cognición de los pulpos. Estos resultados amplían nuestra comprensión sobre el liderazgo y las interacciones sociales en el reino animal, destacando la complejidad y adaptabilidad de la vida marina.