Los humanos podrían no haber sido los únicos que formaron la Gran Esfinge de Giza

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Los humanos podrían no haber sido los únicos que formaron la Gran Esfinge de Giza

Esfinge de Giza. / Wikimedia Commons

Un intrigante estudio sugiere que la Gran Esfinge de Giza pudo haber sido esculpida no solo por manos humanas. De acuerdo con esta investigación, este icónico monumento, tallado a partir de una única masa de piedra caliza, podría atribuir su forma inicial a fuerzas naturales. Los pormenores de este descubrimiento fueron compartidos en Physical Review Fluids.

Leif Ristroph, físico experimental y matemático aplicado de la Universidad de Nueva York, propone una intrigante historia del origen de la Esfinge. Los experimentos de dinámica de fluidos de su equipo indican que la forma de «león reclinado» de la Esfinge podría haber sido esculpida por el viento que fluye rápidamente.

«Mediante nuestros experimentos en laboratorio, hemos demostrado que pueden surgir formas semejantes a esfinges a partir de materiales erosionados por flujos rápidos», explica Ristroph. Los antiguos artesanos habrían tenido una ayuda inicial.

 

Vieja hipótesis

Esta hipótesis no es del todo nueva. Desde la década de 1950, los estudiosos han especulado sobre el papel de la naturaleza en la configuración de la Esfinge. Las teorías sobre la erosión por lluvia o inundaciones ya han sido descartadas en gran medida.

Sin embargo, la idea de que el viento desempeña un papel importante ha ganado fuerza. Farouk El-Baz, ex geólogo de la NASA, sugirió en la década de 1980 que los antiguos ingenieros podrían haber refinado una estructura tallada naturalmente por el viento, dándole la forma de su rey y un cuerpo parecido al de un león.

Para probar esta teoría, Ristroph y su equipo sometieron trozos de arcilla, simulando la piedra caliza de la Esfinge, a rápidas corrientes de agua. Este experimento, diseñado para imitar las condiciones del viento de hace 4 500 años, reveló que dicha erosión podría crear formas similares a la Esfinge.

 

Yardangs

El equipo utilizó tinte para rastrear los flujos dinámicos alrededor de la arcilla erosionada. Luego observaron la formación de yardangs, formaciones rocosas esculpidas por el viento comunes en los desiertos.

Estos yardangs, que a menudo se asemejan a animales sentados o acostados, están formados por una combinación de factores: fuerza del viento, ángulo, frecuencia y composición de la roca. 

En el caso de la Esfinge, la ‘cabeza’ y las ‘patas’ más duras podrían haber dirigido flujos de viento más rápidos para tallar el área del ‘cuello’ más profundamente. Mientras tanto, las partes más blandas se erosionaron más rápido, dejando atrás las secciones más duras. Los hallazgos sugieren que la Esfinge es el resultado de fuerzas naturales y humanas.

 

Los resultados

El-Baz había observado que el profundo conocimiento que tenían los antiguos egipcios de su entorno era crucial para la supervivencia de sus monumentos. Sostuvo que si estas estructuras se hubieran construido en formas más simples, como cubos o rectángulos, habrían sucumbido a la erosión eólica hace mucho tiempo. 

Hoy en día, la Esfinge sigue en pie majestuosa, mide 20 metros de altura y aproximadamente 73 metros de longitud. Si los resultados del estudio son correctos, el monumento será testimonio de la combinación armoniosa del poder de la naturaleza y el antiguo ingenio humano.