La NASA avanza rápidamente en su nueva generación de misiones espaciales. Ahora, la agencia espacial ha anunciado la misión Dragonfly a Titán, la luna de Saturno, a mediados de la década de 2030. Un artículo publicado en The Planetary Science Journal ha brindado detalles de la misión, que buscará signos de vida.
Titan es uno de los lugares más intrigantes del sistema solar. Es parecido a la Tierra: tiene una atmósfera espesa y es el único otro lugar que conocemos con lagos líquidos, océanos, lluvias y ríos. La diferencia clave es que estos no están llenos de agua, sino de metano y etano líquidos. Por eso, podría tener formas de vida desconocidas.
En 2019, la NASA seleccionó la misión Dragonfly para explorar este extraño mundo. Como sugiere el nombre, la misión incluiría una especie de helicóptero robótico. El vehículo será una versión más grande del dron Ingenuity que actualmente se encuentra explorando Marte junto con el rover Perseverance.
La “Libélula”
El equipo científico detrás de la misión Dragonfly ha descrito sus metas y objetivos. El tema subyacente es la vida, específicamente, si Titán tiene o sería capaz de albergar vida de alguna forma.
Ya se han detectado algunos posibles marcadores de la química prebiótica, como compuestos orgánicos y moléculas, semejantes a las que supuestamente existieron en la Tierra primitiva.
En ese sentido, la nave investigará si las condiciones son las adecuadas para que la vida se arraigue de manera exitosa. Por ejemplo, Dragonfly estudiará el ciclo global del metano, cómo interactúa la atmósfera con el material de la superficie y dónde el agua se mezclaría con sustancias orgánicas.
La misión también busca averiguar si esta “vida” sería “igual a la que conocemos”. En otras palabras, si es a base de agua como lo somos nosotros, o si utiliza hidrocarburos líquidos disponibles en los lagos y mares de Titán. Es importante destacar que Dragonfly buscará biofirmas químicas que indiquen vida pasada o presente de cualquier tipo.
La misión
El equipo ha seleccionado un sitio de aterrizaje que les daría acceso a lugares con las respuestas a todas esas preguntas. Dragonfly comenzará posándose entre las dunas cerca del ecuador, donde tomará muestras de sedimentos orgánicos. Luego explorará las regiones entre las dunas para tomar muestras de hielo de agua.
La nave permanecería en cada ubicación durante un día completo en Titán (aproximadamente 16 días terrestres) antes de volar y trasladarse a un nuevo lugar. En última instancia, se dirigirá al cráter Selk, un cráter de 80 kilómetros de ancho que puede dar señales sobre si el agua se ha mezclado con sustancias orgánicas de la superficie.
“Las preguntas científicas que tenemos para Titán son muy amplias pues todavía no sabemos mucho sobre lo que realmente sucede en su superficie”, dice Alex Hayes, coautor del estudio. “Por cada pregunta que respondimos durante la exploración de la misión Cassini de Titán desde la órbita de Saturno, obtuvimos 10 nuevas”, añadió.
Dragonfly está programado para lanzarse en 2026 y no llegará a Titán hasta 2034. Pero cuando lo haga, las imágenes y los datos obtenidos serán de los más fascinantes que hayamos observado.