Un estudio ha revelado que una anguila eléctrica no solo emite más de 800 voltios de electricidad en una descarga, sino que también desencadena un ligero ajuste en los genes.
Los científicos japoneses detrás de este descubrimiento evaluaron los efectos del impresionante voltaje liberado por las anguilas eléctricas sobre crías de peces cebra. El equipo, dirigido por Shintaro Sakaki, explica que 860 voltios son suficientes para penetrar las membranas celulares, permitiendo la entrada de grandes moléculas polares, como el ADN, hacia el interior de las células.
Genes infiltrados
Para validar esta hipótesis, sumergieron crías de pez cebra en agua que contenía ADN con genes para una proteína brillante. Luego, introdujeron una anguila eléctrica (Electrophorus electricus) en la mezcla y la estimularon a «hacer zapping» colocando un señuelo de pescado delante de ella.
Los resultados mostraron que el 5% de las larvas de pez cebra desarrollaron tejidos que emitían un brillo verde. En contraste, el grupo de control, que también estuvo en una solución con genes luminosos pero sin la presencia de anguilas eléctricas, presentó una fluorescencia mínima.
«Esto sugiere que la descarga de la anguila eléctrica facilitó la transferencia de genes a las células, a pesar de las diferencias en los pulsos y el voltaje inestable de las anguilas en comparación con las máquinas de electroporación convencionales», explica Atsuo Iida, biólogo molecular de la Universidad de Nagoya.
Electroporación
La aplicación de pulsos eléctricos a una célula causa la desestabilización de su membrana, creando poros temporales que permiten la entrada de moléculas extrañas, generalmente bloqueadas por la envoltura lipídica celular. Este proceso, llamado electroporación, se ha empleado para administrar fármacos desde la década de 1980 y para introducir fragmentos de ADN en las células.
«Me di cuenta de que las anguilas eléctricas del río Amazonas podrían ser una fuente de energía», comenta Iida. «Los organismos en el área circundante podrían actuar como células receptoras, y los fragmentos de ADN ambiental liberados en el agua se transformarían en genes extraños, provocando recombinación genética en los organismos vecinos debido a una descarga eléctrica».
Transferencia de genes
Este intercambio de genes entre especies no relacionadas se conoce como transferencia horizontal de genes. Las bacterias son famosas por hacer uso de este proceso, ya que les permite capturar e incorporar rápidamente genes de resistencia a los antibióticos.
Sin embargo, hasta hace relativamente poco no se sabía que la transferencia horizontal de genes fuera común entre las especies multicelulares. En los últimos años se han identificado el proceso de transferencia entre tardígrados y hongos, y plantas y moscas blancas.