Hace 83 millones de años, durante la separación del supercontinente Gondwana, una gran parte de él se hundió bajo el agua y comenzó a alejarse, formando lo que conocemos como Zealandia.
Si no fuera por la profundidad del océano que lo cubre, Zealandia sería reconocido como el octavo continente de la Tierra. En la actualidad, solo Nueva Zelanda y algunas islas cercanas son visibles en la superficie, mientras que aproximadamente el 94% de los 4,9 millones de kilómetros cuadrados de Zealandia está sumergido, ocultando detalles de su parte norte.
El estudio
El geólogo de GNS Science, Andy Tulloch, ha utilizado datos geoquímicos y sísmicos de nuevas muestras de rocas para cartografiar detalladamente Zealandia. Estas muestras antiguas provienen de sitios de perforación y picos expuestos en el sur de Zealandia, como las islas Chatham y Antípodas.
El análisis de estas rocas reveló patrones geológicos similares a los de la Antártida occidental, indicando la presencia de subducción en el borde de Zealandia hace hasta 250 millones de años. Una subducción ocurre cuando una parte de la corteza terrestre se hunde debajo de otra.
Sin embargo, a diferencia de teorías previas, las anomalías magnéticas halladas en la región no están vinculadas a este proceso de subducción, eliminando así el argumento original de una «falla Campbell» de deslizamiento de rumbo, como explican Tulloch y su equipo en el artículo. Ambos, Zealandia y la Antártida, experimentaron deformaciones internas sustanciales.
El equipo de Tulloch postula que estas anomalías magnéticas surgieron debido al estiramiento entre distintas partes de Gondwana, que eventualmente se separaron para formar los fondos marinos alrededor de Zealandia. En primer lugar, las áreas combinadas de Zealandia/Antártida occidental y Antártida/Australia experimentaron fracturas, permitiendo ingresar al mar de Tasmania hace unos 83 millones de años. Luego, durante el Cretácico tardío, hace aproximadamente 79 millones de años, Zealandia y la Antártida occidental se separaron, dando origen al océano Pacífico.
Otros detalles
Un enigma intrigante para los geólogos ha sido comprender cómo la corteza de Zealandia logró estirarse tanto antes de romperse. Tulloch y su equipo encontraron evidencia de que la dirección de este estiramiento varió hasta 65 grados entre hace 100 y 80 millones de años. Esta variación podría explicar el adelgazamiento significativo de la corteza continental.
Los descubrimientos proporcionan una sólida base para un análisis más detallado de este enigmático proceso de estiramiento terrestre, arrojando luz sobre la historia geológica de Zealandia y su papel en nuestro planeta.