Imagínate que, un día cualquiera, un agujero negro diminuto te golpea. No hablamos de un monstruo cósmico devorador de estrellas, sino de uno más pequeño que un átomo. ¿Qué pasaría?
Un estudio reciente publicado en arXiV investigó este extraño escenario. Los científicos querían saber si un agujero negro microscópico podría atravesar tu cuerpo y qué efectos causaría. La idea suena sacada de una película de ciencia ficción.
Estos agujeros negros, llamados primordiales, pudieron formarse poco después del Big Bang. Se cree que algunos podrían tener la masa de un asteroide, pero ser más pequeños que una micra de diámetro.
Nunca se ha detectado uno, pero algunos científicos piensan que podrían ser la materia oscura del universo. Si es así, podríamos estar rodeados de ellos sin saberlo.
Los investigadores analizaron dos efectos principales si un agujero negro así te golpeara: la fuerza de marea y las ondas de choque. Ambos pueden causar estragos en el cuerpo humano.
Primero, la fuerza de marea. Como la gravedad de un agujero negro varía según la distancia, al pasar a través de tu cuerpo, una parte sentiría más atracción que otra.
Si el agujero negro cruzara una extremidad, solo sentirías un pequeño desgarro, como si algo perforara tu piel. Pero si atravesara tu cerebro, el daño sería mucho peor.
Las neuronas son extremadamente delicadas, y una perturbación así podría destruir tejidos esenciales. Sin embargo, el estudio sugiere que la fuerza de marea por sí sola no sería suficiente para matarte al instante.
El segundo problema son las ondas de choque. Cuando un objeto se mueve extremadamente rápido a través de un medio, como el aire o el agua, genera una explosión de energía.
El agujero negro microscópico viajaría a velocidades cercanas a la luz, creando una onda de choque brutal. Esta onda dañaría células y tejidos alrededor del punto de impacto.
El estudio calculó que, con una masa similar a la de un asteroide, el agujero negro liberaría una energía comparable a la de una bala calibre .22 al atravesarte.
El calor generado por esta onda de choque podría carbonizar tejidos y provocar quemaduras internas. En pocas palabras, sería como recibir un disparo supersónico con una bala invisible.
A pesar de lo aterrador que suena, la posibilidad de que esto suceda es casi nula. La probabilidad de que un agujero negro microscópico atraviese a una persona es menor a una en 10 billones.
Incluso si estos agujeros negros existen y viajan por el espacio, la distancia entre ellos es tan grande que es poco probable que alguno impacte a un ser humano.
Así que no te preocupes. No hay peligro inminente de que un agujero negro microscópico te golpee. Pero no deja de ser un experimento mental fascinante.
Los científicos seguirán explorando estos misterios del universo. ¿Quién sabe? Tal vez algún día descubramos que estos objetos diminutos realmente están por ahí, invisibles pero presentes.