Cuando pensamos en deforestación, la primera imagen que viene a nuestra mente es el daño causado a la Amazonía. Sin embargo, este no es ni será el único bosque tropical afectado por la tala masiva.
Daños ambientales
A la fecha, un masivo y exhaustivo estudio publicado en PNAS, ha podido dar con la cantidad de bosque perdido por las actividades mineras industriales intensivas en los trópicos. Son 3264 kilómetros cuadrados de bosque tropical perdido entre el 2000 y 2019 a causa de la minería.
Además, de acuerdo con el profesor Stefan Giljum, del Instituto de Economía Ecológica de la Universidad de Economía y Negocios de Viena, el daño de la minería no es solo la deforestación, sino todo lo que esta acarrea.
«Existe una amplia gama de daños ambientales causados por las operaciones mineras además de la deforestación, incluida la destrucción de ecosistemas, la pérdida de biodiversidad, la interrupción de las fuentes de agua, la producción de desechos peligrosos y la contaminación. Los gobiernos deben tener en cuenta que una mina industrial puede perturbar fácilmente tanto los paisajes como los ecosistemas. La minería industrial sigue siendo una debilidad oculta en sus estrategias para minimizar los impactos ambientales».
Más allá de la Amazonía
Los datos satelitales obtenidos por el equipo de Giljum cubrieron un total de 26 países diferentes, que representan el 76,7% de la deforestación tropical total relacionada con la extracción de carbón, oro, mineral de hierro y bauxita durante 19 años.
Los resultados mostraron que cuatro quintas partes de esta deforestación ocurrieron en solo cuatro países: Indonesia, Brasil, Ghana y Surinam. Indonesia estaba en la parte superior de la tabla, como único responsable del 58,2% de la deforestación tropical registrada causada directamente por la extracción mineral.
Pero esta no es la única causa. En dos tercios de los países tropicales, la deforestación dentro de los 50 kilómetros de las minas se debió a factores como la infraestructura de transporte, las instalaciones de almacenamiento y el crecimiento urbano.
Es importante mencionar que otras actividades pueden causar tanto o más daño que la minería. Entre ellas están la ganadería o la producción de aceite de palma y soya.
Situación política
Los autores explican que a causa de la situación política en países como Brasil e Indonesia, es poco probable que se produzca una reducción de la deforestación en un futuro próximo. Por ello, muchos especialistas piden a los consorcios industriales y a las organizaciones conservacionistas que tomen la iniciativa para reducir el nivel de daño.
Investigaciones anteriores han demostrado que una de las mejores formas de prevenir la deforestación es reconocer y hacer cumplir los derechos de propiedad de las comunidades locales y los pueblos.
«Aunque la deforestación total de Indonesia disminuyó anualmente desde 2015, estos hallazgos enfatizan la necesidad continua de una sólida planificación del uso de la tierra para garantizar que la minería no destruya los bosques ni viole los derechos de la comunidad», enfatiza Hariadi Kartodihardjo, profesor de Política Forestal en la Universidad Agrícola de Bogor en Indonesia.