La Agencia Espacial Europea acaba de lanzar dos naves espaciales para crear eclipses solares artificiales. Esta misión se llama Proba-3 y promete revolucionar la observación del Sol.
La idea es simple: un satélite bloquea el Sol mientras el otro lo observa. Así, los científicos pueden estudiar la corona solar sin esperar eclipses naturales.
La corona es la capa más externa de la atmósfera del Sol. Aquí ocurren misterios como el calentamiento extremo y el origen del viento solar. Entenderla es clave para la ciencia solar.
El 5 de diciembre, Proba-3 despegó desde la India. Las dos naves volarán en perfecta sincronía, separadas por 144 metros con una precisión de un milímetro.
Cuando se alineen, una nave bloqueará el Sol y la otra tomará imágenes detalladas. Así se creará un eclipse artificial que durará hasta seis horas.
Este tiempo es mucho mayor que los eclipses naturales, que solo duran minutos. Los científicos podrán ver cómo cambia la corona a lo largo del tiempo.
Antes, se usaban coronógrafos en telescopios para bloquear el Sol. Pero la luz se curva alrededor del disco y arruina la imagen por difracción.
Con Proba-3, la gran distancia entre las naves reduce este problema. La sombra es más nítida, permitiendo observar más cerca de la superficie solar.
Mantener la formación consume mucho combustible. Por eso, las naves volarán libres la mayor parte del tiempo. Aun así, esperan crear 1,000 eclipses en dos años.
Esta técnica también servirá para futuras misiones. Por ejemplo, varios telescopios podrían trabajar juntos como uno solo, logrando observaciones increíbles.
Proba-3 es un gran paso para la ciencia solar. Este ingenioso uso del vuelo en formación hará posible descubrimientos que antes parecían imposibles.