Afortunadamente para nosotros el ámbar puede preservar increíblemente las formas de vidas de hace millones de años. Investigadores chinos han encontrado la muestra más antigua de esperma animal en un trozo de ámbar de Myanmar de hace 100 millones de años. El estudio fue publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
Para hacer el descubrimiento aún más interesante, los investigadores informan que esta muestra tiene espermatozoides enormemente largos. Además, el esperma, varias veces más grande que el esperma humano, proviene de un crustáceo más pequeño que una semilla de amapola.
Este antiguo bivalvo pertenece a una clase de microcrustáceos aún vivos conocidos como ostrácodos. Estos animalitos, de apenas 0.6 milímetros, son famosos por albergar espermatozoides hasta diez veces más grandes que ellos. Para esto, las células reproductoras se retuercen y se enredan en pequeñas bolitas. La estrategia les ayuda a viajar a través del tracto reproductor femenino fácilmente.
El estudio
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Bo Wang, usaron un escáner micro-CT y revelaron 39 pequeños crustáceos, todos en la misma muestra de ámbar. Aún más asombroso, esta comunidad congelada todavía tiene algunos de los mismos rasgos reproductivos que vemos en los ostrácodos hoy.
El análisis no solo encontró las mismas “clavijas” masculinas, también se detectaron bombas de esperma, óvulos y, lo mejor de todo, receptáculos femeninos llenos de esperma. “El hecho de que los receptáculos seminales de la hembra se encuentren en un estado expandido debido a que están llenos de esperma indica que la cópula exitosa tuvo lugar poco antes de que los animales quedaran atrapados en el ámbar”, escriben los autores.
Sin embargo, los científicos admiten que la medición de células individuales en estas masas enredadas es imposible. Aun así, el equipo afirma que, como mínimo, los espermatozoides tienen al menos 200 µm de largo (0,2 mm). Eso es al menos un tercio de la longitud total del cuerpo de la antigua criatura.
El esperma más antiguo
La muestra de esperma también es la más antigua, y por mucho. Mientras que otros fósiles de ostrácodos de hace cien millones de años han mostrado indicios de órganos reproductores gigantes, nunca antes habíamos tenido una muestra real de esta época.
En 2014, se encontraron en una cueva australiana, ostrácodos de agua dulce de 16 millones de años que contenían esperma de 1,2 mm de largo. Pero el nuevo espécimen tiene 83 millones de años más. De hecho, duplica la edad del esperma animal fósil inequívoco más antiguo.
Este descubrimiento es verdaderamente notable. No solo porque el ámbar ha preservado los tejidos blandos de varios individuos durante cien millones de años, sino también por todas las similitudes.
“El clasificador masculino, las bombas de esperma, los hemipenos y los receptáculos seminales femeninos con espermatozoides gigantes de ostrácodos fósiles revelan que el repertorio de comportamiento de reproducción se ha mantenido sin cambios durante al menos 100 millones de años”, escriben los autores.
Esta no es la primera vez que el ámbar revela las intimidades de los antiguos animales. En abril de este año, un equipo de investigadores australianos encontró dos moscas de hace 40 millones de años apareando. Los insectos quedaron atrapados en el ámbar.