Un tesoro en el fondo del mar puede ser un cofre lleno de oro o, 60 millones de nidos de peces. Se trata de la colonia de reproducción de peces más grande conocida y ha sido encontrada en el mar de Weddell, Antártida.
Autun Purser del Instituto Alfred Wegener estaba en el puente del rompehielos alemán RV Polarstern, vigilando las ballenas. Su estudiante, Lilian Böhringer, monitoreaba la transmisión de video en vivo del Sistema de observación y batimetría del fondo oceánico (OFOBS), una cámara de una tonelada remolcada detrás del barco. De pronto lo que vio era para no creer y llamó a Purser.
Atónitos, observaban los nidos de dracos, o peces de hielo, marcando el lecho marino cada 25 centímetros, en todas las direcciones y cubriendo un área de 240 kilómetros cuadrados. «La cámara se movía a través del fondo marino y simplemente no se detuvo. Estaban en todas partes«, dijo Böhringer.
Peces de hielo
Los dracos nototenioides son peces bentopelágicos nativos de los fríos océanos del sur y, conocidos por carecer de hemoglobina en la sangre. De ahí que también se les conozca como peces de «sangre blanca». Estos construyen sus nidos en el lecho marino.
Los dracos tienden a anidar en grupos, pero «lo máximo que se ha visto antes son cuarenta nidos o algo así», señala Purser. Este sitio de anidación, después de un extenso estudio, tiene un estimado de 60 millones de nidos. «Nunca habíamos visto algo así».
En su mayoría, los nidos estaban resguardados por un pez adulto que vigilaba un promedio de 1.700 huevos.
Inicialmente, los investigadores no buscaban ni a los peces ni a sus nidos, ellos estudiaban un afloramiento de agua 2°C más caliente que el agua circundante. «Nuestro objetivo era ver cómo el carbono pasa de la superficie al fondo marino y qué comunidades hay en la columna de agua«, dijo Purser.
Un ecosistema completo
Dentro de la columna de agua emergente, encontraron zooplancton microscópico cerca de la superficie, donde los dracos jóvenes, después de nacer, nadan para alimentarse. Luego, regresan al lecho marino para reproducirse. Debido a la comida, era de esperar la presencia de dracos en el afloramiento, pero no esperaban una colonia tal magnitud.
El área también estaba llena de cadáveres de peces, lo que sugiere que esta colonia masiva de dracos es una parte integral del ecosistema local. Los especialistas creen que los peces podrían servir de alimento para las focas de Weddell, Leptonychotes weddellii.
El descubrimiento de la colonia ha llevado a un esfuerzo por convertirla en un Área Marina Protegida bajo la Comisión internacional para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
Curiosamente, la colonia de dracos parece tener un borde definido. «[La colonia] pasó de ser muy, muy densa a nada, similar a las colonias de pingüinos», comentó Purser. «Era como una línea en la arena«.
Esa «línea en la arena», era el borde exterior del cálido afloramiento. Si bien se necesita más investigación para determinar si esto es una coincidencia, el afloramiento parece crear un ambiente raro e ideal para que se reproduzcan los dracos.
Antes de abandonar el área, la tripulación del Polarstern dejó dos cámaras para observar el funcionamiento interno de este raro ecosistema. Purser planea regresar al mar de Weddell en abril de 2022. «Ciertamente hay mucho por descubrir», afirmó.
El descubrimiento ha sido publicado en Current Biology.