El Telescopio Espacial James Webb (JWST) completó su vuelo y llegó a su ubicación objetivo. El observatorio se encuentra en el segundo punto de Lagrange en el sistema Sol-Tierra y entró en una órbita de trabajo a su alrededor. En los próximos cinco meses, se preparará para las primeras observaciones científicas, previstas para mediados del 2022, informó la NASA.
El vuelo desde la Tierra hasta el segundo punto de Lagrange en el sistema Sol-Tierra (L2) le tomó al observatorio 29 días. Durante este tiempo, logró desplegar todos los elementos principales, incluido el escudo térmico y el sistema óptico. También completó dos de las tres maniobras de corrección de trayectoria.
Llegada
El 24 de enero, el James Webb encendió sus motores durante 297 segundos para hacer una corrección de rumbo final y entrar en una órbita de halo de trabajo alrededor de L2. La posición se ubica a un millón y medio de kilómetros de la Tierra.
“¡Webb, bienvenido a casa!”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, en una publicación del blog de la agencia. “Felicitaciones al equipo por todo su arduo trabajo para garantizar la llegada segura de Webb a L2 hoy. Estamos un paso más cerca de descubrir los misterios del universo. Y no puedo esperar para ver las primeras nuevas vistas del universo de Webb”
Ahora el telescopio comenzará una preparación de cinco meses para observaciones científicas y se enfriará a temperaturas de funcionamiento. Se necesitarán tres meses para alinear el sistema óptico y otros dos para calibrar los instrumentos científicos.
La NASA advirtió que las primeras imágenes probablemente serán borrosas, ya que el telescopio aún no se ha alineado completamente. Al contar con más imágenes y pruebas se podrá lograr la configuración correcta. Se piensa que alrededor del día 120 todo el telescopio estará alineado.
Tiempo de vida
Las primeras imágenes del telescopio se publicarán recién este a mediados de este año. Webb pasará su vida en L2. Anteriormente se pensaba que el observatorio operaría solo de 5 a 10 años en el espacio debido a su suministro limitado de propulsor y al hecho de que no estaba destinado a ser reabastecido.
Sin embargo, tras el lanzamiento, el equipo de la misión ahora espera que Webb tenga “significativamente más de 10 años de vida científica”. Este tiempo extra es gracias al trabajo que realizó el Ariane 5 el día del lanzamiento, escribió la NASA en una declaración posterior al lanzamiento.