A todos nos ha pasado: olemos algo y nuestra memoria nos transporta a otro espacio y tiempo. Ahora científicos en EE.UU. han identificado una base neuronal sobre cómo el cerebro permite que los olores provoquen esos recuerdos de manera tan poderosa. Los resultados del estudio fueron publicados en Progress in Neurobiology.
Se sugiere una base neurobiológica para el acceso privilegiado del olfato hacia áreas de la memoria en el cerebro. El estudio compara conexiones entre las áreas sensoriales primarias, incluidas la visual, auditiva, táctil y olfativa, y el hipocampo.
Reconexión
El equipo de la Universidad Northwestern descubrió que el olfato tiene la conectividad más fuerte entre el hipocampo, el asiento de la memoria en el cerebro, y las áreas olfativas de los humanos. Como si fuera una superautopista del olfato al hipocampo.
Durante la evolución, los humanos experimentaron una profunda expansión del neocórtex que reorganizó el acceso a las redes de memoria. La visión, el oído y el tacto se redirigieron en el cerebro a medida que el neocórtex se expandía. Estos sentidos se conectaron con el hipocampo a través de un intermediario, la corteza de asociación, en lugar de hacerlo directamente.
“Nuestros datos sugieren que el olfato no se sometió a este desvío, mas bien retuvo su acceso directo al hipocampo”, dijo la investigadora principal, Christina Zelano. “Esta es una pieza importante del rompecabezas, un hallazgo sorprendente en humanos. Creemos que nuestros resultados ayudarán a futuras investigaciones a resolver este misterio”, agregó.
Pandemia
Al ser uno de los síntomas de la actual pandemia de COVID-19 la pérdida del olfato hace que la investigación sea más urgente. Comprender la forma en que los olores afectan nuestro cerebro (recuerdos, cognición y más) es muy importante ahora, anotó Zelano.
Asimismo, existe una necesidad urgente de descifrar mejor el sistema olfativo con el fin de entender mejor el motivo de la pérdida del olfato relacionada con COVID-19. Esto nos permitirá diagnosticar la gravedad de la pérdida, así como desarrollar tratamientos.
Depresión y mala calidad de vida
Las personas subestiman el impacto de la pérdida del sentido del olfato. Acarrea profundos efectos negativos en la calidad de vida, y muchas personas lo obvian hasta que lo experimentan. La pérdida del olfato está altamente correlacionada con la depresión y la mala calidad de vida.
La mayoría de las personas que pierden el olfato a causa de COVID-19 lo recuperan. Sin embargo, el marco de tiempo varía mucho y algunos han tenido lo que parece ser una pérdida permanente. “Comprender la pérdida del olfato, a su vez, requiere investigar las operaciones neuronales básicas de este sistema sensorial poco estudiado”, agrega Zelano.
Análisis como este hacen avanzar la comprensión de las partes olfativas del cerebro. En especial porque proporcionan la base para el trabajo traslacional, y en última instancia, intervenciones médicas.