Secuencia de tiempo de IoIO de azufre ionizado individualmente en el toro de plasma de ÍO que muestra cómo la estructura gira con el poderoso campo magnético de Júpiter. / Jeff Morgenthaler, PSI.
El telescopio terrestre IoIO registró uno de los mayores episodios de actividad volcánica en Ío, la luna de Júpiter. El evento comenzó en julio del año pasado y duró unos seis meses, acompañado de una liberación de materia cerca del satélite. Los detalles de la observación fueron publicados en el sitio web del Planetary Science Institute – PSI.
Cuerpo volcánico
Ío es el cuerpo geológicamente más activo del Sistema Solar, ya que recibe la influencia de las fuerzas de marea de Júpiter, Europa y Ganímedes. Su superficie se renueva continuamente debido a la actividad de más de 400 volcanes.
Los volcanes también son responsables de la formación de la atmósfera del satélite y del suministro de partículas neutras y cargadas a la magnetosfera de Júpiter. Se vienen realizando observaciones de su actividad desde 1979 y son extremadamente interesantes para los científicos planetarios.
Dado que Ío no tiene un campo magnético propio, el dióxido de azufre se escapa y forma un toro de plasma que orbita alrededor de Júpiter. Esto es lo que alimenta las auroras ultravioleta permanentes que brillan en los polos de Júpiter, las más poderosas del Sistema Solar.
La información recogida por los astrónomos sugiere que se liberó un gran volumen de material a la atmósfera de Ío. Esto se debe al mayor evento volcánico en el satélite detectado por el sistema desde 2017.
Erupción extraterrestre
Ahora, científicos del PSI informaron de una erupción volcánica masiva en Ío utilizando el sistema terrestre IoIO (Input/Output de Ío). El observatorio consta de un telescopio de 35 cm equipado con un coronógrafo y un telescopio de 80 mm, instalado en el observatorio San Pedro Valley en Arizona.
El sistema IoIO observa utilizando filtros de banda estrecha en las líneas de sodio y azufre ionizados, y la máscara de corona le permite eliminar el resplandor de Júpiter. Entre julio y septiembre de 2022, hubo un aumento en el brillo del resplandor en las líneas de sodio y azufre cerca del satélite galileano, las cuales se mantuvieron constantes hasta diciembre de 2022.
Sin embargo, aunque las cantidades fueron enormes, el toroide fue más tenue que otros años. Todavía no sabemos qué significa esto, pero desentrañarlo podría decirnos algo nuevo sobre la danza entre Júpiter e Ío.
«Quizás nos está diciendo algo sobre la composición de la actividad volcánica que produjo el estallido”, dice el astrónomo de PSI, Jeff Morgenthaler. Aunque también “podría referirse a que el toroide es más eficiente para deshacerse del material cuando se le arroja más», añade.
Importancia
Estas observaciones son importantes tanto para los científicos, como para la nave espacial Juno. Hasta el momento, la misión de la NASA continúa explorando Júpiter y sus satélites y en 2023 realizará dos sobrevuelos cercanos a Ío, observando sus volcanes.
Si todo sale según el plan, Juno determinará los parámetros del entorno de plasma cerca del satélite. «Las mediciones de Juno», dice Morgenthaler, «pueden decirnos si este estallido volcánico tenía una composición diferente a las anteriores».