Un estudio reciente en ratones ha demostrado que el ayuno puede reprogramar efectivamente el metabolismo de ciertos glóbulos blancos encargados de eliminar tumores. Esta investigación, publicada en Immunity, fue realizada por un equipo internacional de expertos.
Los científicos, liderados por investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York, se centraron en los glóbulos blancos conocidos como células asesinas naturales (NK, por sus siglas en inglés). Estas células son utilizadas por el sistema inmunológico para enfrentarse a amenazas como el cáncer y los virus.
A diferencia de las células T, que buscan antígenos específicos, las células NK pueden destruir amenazas que no han encontrado antes. Cuantas más células inmunes se puedan dirigir hacia un tumor, mejores serán las probabilidades de supervivencia.
Sin embargo, las células NK enfrentan mucho estrés cuando están cerca del cáncer. «Los tumores son muy voraces», explica el inmunólogo Joseph Sun del Memorial Sloan Kettering Cancer Center. «Consumen nutrientes esenciales, creando un entorno hostil a menudo rico en lípidos, lo que es perjudicial para la mayoría de las células inmunes».
Los beneficios del ayuno
El estudio mostró que el ayuno reprograma estas células NK para sobrevivir mejor en este ambiente supresivo. Los ratones inyectados con células tumorales siguieron una dieta en la que podían comer libremente, excepto en dos periodos de 24 horas a la semana en los que solo bebían agua.
Aunque no hubo pérdida de peso general, se registraron caídas en los niveles de glucosa en sangre, lo que desencadenó un aumento en los ácidos grasos libres utilizados como fuente alternativa de energía por las células NK.
Lo más importante es que las células NK en los ratones se adaptaron, usando los ácidos grasos libres en lugar de glucosa como energía. Esto fue como recibir refuerzos o mejor entrenamiento contra el cáncer, gracias a la mayor producción de citoquinas, proteínas que instruyen al sistema inmunológico a cumplir su función.
Además, las células NK se redistribuyeron por todo el cuerpo, muchas encontrando su camino hacia la médula ósea, donde estuvieron expuestas a altos niveles de interleucina-12. Esta proteína desencadena una reacción biológica que ayuda aún más a combatir el cáncer.
«Con ambos mecanismos juntos, encontramos que las células NK están pre-preparadas para producir más citoquinas dentro del tumor», afirma la inmunóloga Rebecca Delconte. «Y con la reprogramación metabólica, son más capaces de sobrevivir en el entorno tumoral, especializándose en tener mejores propiedades anticancerígenas».
… en ratones
Los autores del estudio enfatizan que no se debe comenzar un régimen de ayuno sin consultar primero a un médico, ya que lo que es saludable para una persona podría no serlo para otra. En cuanto a esta investigación, aún se encuentra en sus primeras etapas y necesita ser verificada en humanos.
Quedan muchas preguntas por responder, como si todas las células NK pasan por el mismo reentrenamiento a lo largo de su vida. «Esa es la pregunta del millón», dice Sun. «Y una que apenas hemos comenzado a responder usando las técnicas de etiquetado celular que empleamos en este estudio».