Los saurópodos son dinosaurios famosos por su gran tamaño y cuello muy largo. Habitaron la Tierra desde el Triásico Superior hasta el Cretácico Superior. Actualmente, su anatomía es motivo de muchas preguntas. Por ejemplo, cómo podían mantener el equilibrio con sus varias toneladas de peso, o cómo es que algunos saurópodos tenían el cuello más corto que otros.
Seis veces una jirafa
Numerosos estudios han tratado de aclarar todas las dudas, pero el registro fósil de este animal supone un verdadero reto, pues su enorme tamaño dificulta encontrar restos completos. No obstante, una reciente investigación ha logrado profundizar en el linaje evolutivo de los saurópodos.
«La cuestión de qué saurópodo tenía el cuello más largo no es sencilla», comentan los paleontólogos Andrew Moore y Stony Brook. Debido a su tamaño, los saurópodos más grandes tienden a ser algunos de los menos conocidos: «es muy difícil enterrar a un animal tan grande en sedimentos salvaguardado por la fosilización».
Algunos fósiles fragmentarios sugieren que otros linajes de saurópodos evolucionaron de forma independiente con cuellos de más de 10 metros de largo. Lamentablemente, la mala conservación de estos especímenes y sus parientes más cercanos hace que estas estimaciones solo sean especulativas.
En 1993 se describió por primera vez al Mamenchisaurus sinocanadorum a partir de fósiles encontrados en la parte superior de la Formación Shishugou en la Cuenca Junggar, Sinkiang, China, donde vivió hace 162 millones de años. Es un dinosaurio muy grande de la familia de saurópodos Mamenchisauridae. Su cuello medía 15,1 metros, seis veces más largo que el cuello de las jirafas.
Huesos esponjosos
Aunque M. sinocanadorum se conoce solo a partir de un puñado de huesos del cuello y el cráneo, el equipo de Brook y Moore pudo reconstruir sus relaciones evolutivas, y así hacer comparaciones con los esqueletos inusualmente completos de sus parientes más cercanos.
«Todos los saurópodos eran grandes, pero los cuellos asombrosamente largos no evolucionaron solo una vez”, afirma el Dr. Moore. «Los mamenquisáuridos son importantes porque superaron los límites de la longitud de un cuello y fueron el primer linaje de saurópodos en hacerlo. Con un cuello de 15 metros de largo, parece que M. sinocanadorum podría tener un récord, al menos hasta que se descubra algo más largo«.
Realizando escáneres de tomografía computarizada, los autores encontraron que las vértebras de M. sinocanadorum eran en su mayoría aire (del 69 al 77% de su volumen), comparable a los esqueletos de cigüeñas y otras aves de constitución ligera.
Aunque esto les otorga una considerable ventaja en el movimiento, como ocurre con las aves, con tanto tejido óseo esponjoso también serían más propensos a sufrir lesiones.
Para combatir esto, M. sinocanadorum tenía costillas cervicales en forma de varilla de 4 metros de largo, es decir, extensiones óseas en las vértebras que creaban haces de varillas superpuestas a cada lado del cuello. Estos fardos habrían endurecido el cuello del mamenquisáurido, aumentando su estabilidad y haciendo posible construir un cuello tan liviano.
Los hallazgos nos permiten comprender un poco más sobre el desarrollo de los cuellos largos de los saurópodos y sus corpulentos cuerpos sin que colapsen por su propio peso.
«Mamenchisaurus sinocanadorum subraya cuánto podemos aprender sobre la evolución de los saurópodos incluso a partir de especímenes muy incompletos», señaló el Dr. Ye Yong, director del Centro de Investigación de Estratigrafía y Paleontología Jurásica en el Museo de Dinosaurios Zigong.