Algunos sueños son vívidos, claros y coherentes, mientras que otros son caóticos, confusos y cortos. Esto se debe a las diferencias de complejidad entre las fases de movimientos oculares rápidos (REM) y las fases no REM. Ahora, una investigación publicada en PLOS One ha confirmado esa diferencia.
Hasta hace poco los científicos creían que los sueños solo ocurrían durante la fase REM del sueño. Pero investigaciones más recientes muestran que las personas a veces recordamos sueños incluso cuando nos despertamos de las etapas del sueño no REM.
Aun así, el debate no está cerrado. Las investigaciones muestran que cuando los pacientes se despiertan durante el sueño REM por lo general pueden recordar sueños elaborados, vívidos y emocionales como historias. Por el contrario, los que se despiertan durante las etapas no REM recuerdan menos sus sueños y éstos tienden a ser más parecidos a pensamientos.
Estos son hallazgos importantes, pero también se basan en informes subjetivos. Los sueños REM usualmente se describen con más palabras, pero cuando se controla la longitud de la descripción, las diferencias en la elaboración desaparecen o disminuyen mucho.
El análisis
Ahora, investigadores brasileños han desarrollado una herramienta de análisis de alta velocidad que puede tomar estos informes cualitativos y mostrarlos en una forma de gráfico más objetivo. La herramienta, además, toma en cuenta los sesgos tanto de longitud como de lenguaje.
“Sabemos que los sueños REM son más largos y más parecidos a películas”, dice el neurocientífico Sidarta Ribeiro de la Universidad de São Paulo. “La automatización del proceso de análisis, como hicimos en el estudio, hizo posible la primera medición cuantitativa de esta diferencia estructural”.
A diferencia de los métodos tradicionales, este análisis gráfico no semántico se centró en el tono general de lo que se dijo.
Los investigadores analizaron 133 informes de sueños recopilados previamente de 20 participantes, que se despertaron en diferentes etapas del sueño. Luego esquematizaron las palabras y las reemplazaron con nodos en un gráfico.
Al analizar su organización estructural, la nueva herramienta encontró que los informes de sueños REM eran mucho más complejos y estaban llenos de información conectada. Los sueños no REM, por otro lado, no presentaban la misma complejidad. Este patrón se repitió independientemente de la extensión del informe.
Las complejidades oníricas
Si bien se sospecha que el sueño no REM tiene alguna función restauradora, todavía no estamos realmente seguros de por qué existe el sueño REM. Si soñar durante esta etapa es realmente de una calidad diferente, entonces las dos fases del sueño podrían estar impulsados por distintos mecanismos subyacentes que desempeñarían diferentes roles en nuestra biología.
En comparación con los sueños REM, los sueños de la etapa N2 eran más cortos, se recordaban con menos frecuencia, y eran menos intensos. Al mismo tiempo, este tipo de sueño profundo, no REM, de ondas lentas, parecía más pensamientos que historias.
Cabe aclarar que los estudios del sueño tienen muchas limitaciones más allá de la mera subjetividad. Despertar continuamente durante la noche a los voluntarios podría estar afectando su calidad del sueño. El recuerdo de los sueños también puede verse alterado por la inercia del sueño, esa etapa entre la vigilia y el sueño.
Si bien las complejas narraciones de sueños aún pueden ocurrir en el sueño no REM, los autores sospechan que la fisiología misma del sueño REM, es el mejor momento para que las narraciones interactivas se desarrollen sin interrupciones. Como se recuerda, esta última fase muestra una gran actividad cortical y atonía muscular,
Los resultados del estudio complementan la literatura existente sobre informes de sueños y sueño REM. Al mismo tiempo, respaldan mediciones recientes y más objetivas de bases de datos de bancos de sueños.