Una investigación reciente ha desvelado que, contrariamente a lo que podríamos esperar, los astronautas no experimentan cambios significativos en su capacidad para percibir el movimiento mientras se encuentran en el espacio o después de regresar a la Tierra. Este hallazgo, publicado en npj Microgravity, podría tener implicaciones importantes para las futuras misiones espaciales, especialmente en situaciones de emergencia.
Nuevos entornos
La microgravedad altera la percepción del movimiento, pues hace que los astronautas sientan que que se están moviendo a una velocidad más rápida de la que realmente están. Sin embargo, el estudio encontró que, a pesar de ello, son capaces de juzgar con precisión la distancia recorrida en simulaciones visuales, tanto durante como después del vuelo espacial.
«Los humanos son sorprendentemente capaces de compensar adecuadamente la falta de un entorno normal en la Tierra usando la visión», afirma Laurence Harris, fisiólogo sensorial en la Universidad de York en Toronto y autor principal del estudio.
Este descubrimiento se suma a nuestra comprensión de cómo el sistema vestibular, localizado en el oído interno y encargado de proporcionarnos una percepción de aceleración, inclinación y rotación, se adapta en condiciones de microgravedad.
En la Tierra, este sistema trabaja en conjunto con el sistema visual para determinar cuán lejos y rápido hemos viajado. Sin embargo, en el espacio, la microgravedad disminuye la ‘carga’ sobre las pequeñas partículas que se mueven en los fluidos del oído interno, lo que podría hacer a los astronautas más sensibles a la información visual como compensación.
El trabajo
Para explorar cómo esta adaptación podría afectar la percepción de la distancia recorrida en una simulación visual, el equipo de Harris probó a doce astronautas –seis hombres y seis mujeres– antes, durante y después de sus misiones de un año a la Estación Espacial Internacional (ISS). Luego compararon su rendimiento con 20 controles en la Tierra.
Los astronautas fueron evaluados estando sentados y acostados antes de su partida y a su regreso, mientras que en el espacio, flotaban libremente pero asegurados a un respaldo. Los resultados mostraron que, inmediatamente después del vuelo espacial, los astronautas sobrestimaban ligeramente la distancia en la tarea visual cuando estaban acostados en comparación con su posición sentada antes de la misión. Sin embargo, estas diferencias desaparecieron más tarde.
En promedio, la percepción de los astronautas sobre la distancia recorrida en un pasillo virtual no cambió significativamente durante su estancia en el espacio, ni una semana ni 85 días después de su retorno. Esto respalda hallazgos previos que sugieren que los astronautas no tienen problemas para orientarse en el espacio.
Importancia
Este estudio, aunque limitado a un pequeño grupo de individuos altamente entrenados, es «muy tranquilizador», según Harris. Destaca la precisión con la que los astronautas pueden evaluar el movimiento a través de espacios virtuales después de pasar solo unos días o incluso meses en órbita.
Sin embargo, se necesita más investigación para comprender mejor el papel del sistema vestibular en la estimación del movimiento hacia adelante y si la gravedad distorsiona la percepción de otras maneras.