La humanidad dejó el sistema solar por primera vez en el 2012 cuando la sonda Voyager 1 pasó al espacio interestelar décadas después de dejar atrás los planetas. Ahora, hay una segunda nave espacial más allá de los límites de nuestro sistema solar: la Voyager 2. Afortunadamente, los instrumentos de la Voyager 2 están algo mejor que los de la Voyager 1, por lo que los científicos pudieron observar la transición desde la heliosfera (región dominada por el Sol), al medio interestelar.
Ambas sondas Voyager se lanzaron en 1977, con la Voyager 2 dirigiéndose al espacio unas semanas antes que la Voyager 1. Las dos sondas son físicamente idénticas, pero tomaron diferentes caminos a través del sistema solar. Aprovecharon el «Gran Tour», una alineación de los planetas que ocurre solo una vez cada 175 años. La Voyager 1 visitó y obtuvo asistencias de gravedad de Júpiter y Saturno antes de dirigirse hacia el borde del sistema solar. La Voyager 2 pasó Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano. Hizo su última observación planetaria de Urano en 1989, casi una década después de que la Voyager 1 comenzara su larga marcha hacia el borde del nuestro sistema.
Cuando la Voyager 1 llegó a este lugar (también conocido como heliopausa), ya no tenía un espectrómetro de plasma funcional. Como resultado, hubo un debate sobre cuándo, exactamente, la sonda dejó nuestro sistema solar. Entonces, perdimos la transición esperada del plasma solar cálido al plasma frío más denso del medio interestelar. Finalmente, las mediciones de los electrones locales y los cambios de campo magnético confirmaron que la sonda se encontraba ya en el espacio interestelar.
La Voyager 2 acaba de enviar datos que prueban que también cruzó la heliopausa y que tenía un espectrómetro de plasma completamente funcional. La transición ocurrió hace aproximadamente un año en noviembre del 2018, y el cambio estuvo más o menos en línea con lo que los científicos esperaban según las lecturas indirectas de la Voyager 1. Cuando la Voyager 2 cruzó de la heliosfera al medio interestelar, detectó un aumento de 20 veces en la densidad plasmática.
Las Voyager 1 y 2 cruzaron la heliopausa aproximadamente a la misma distancia del Sol, 121,6 UA y 119 UA, respectivamente. Sin embargo, sus puntos de salida estaban separados por aproximadamente 150 UA. Los científicos están estudiando las discrepancias en los datos con la esperanza de obtener una mejor comprensión de los límites entre nuestro sistema solar y la galaxia más amplia. Por ejemplo, el Voyager 2 detectó un cambio continuo en las direcciones del campo magnético al cruzar al medio interestelar, mientras que el Voyager 1 no lo hizo. La Voyager 2 también ha seguido viendo partículas de baja energía del Sol en este medio, pero la Voyager 1 no.
Pasará algún tiempo antes de que tengamos más datos para estudiar. La única sonda funcional que tiene alguna esperanza de alcanzar la heliopausa es la New Horizons, que actualmente vuela a través del Cinturón de Kuiper. Podría abandonar el sistema solar alrededor del año 2040, pero no sabemos si mantendrá la comunicación con la Tierra durante tanto tiempo.
Fuente: Science Alert.