La evolución sigue ocurriendo en las mujeres tibetanas adaptandose a la falta de oxígeno en altitudes extremas

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La evolución sigue ocurriendo en las mujeres tibetanas adaptandose a la falta de oxígeno en altitudes extremas

Mujer mayor del Tibet. / Wikimedia Commons

Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences ha revelado cómo las comunidades humanas en el Tíbet han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en altitudes extremas, donde los niveles de oxígeno son considerablemente bajos. 

Estas adaptaciones, identificadas en mujeres que viven por encima de los 3,500 metros de altitud, permiten maximizar el suministro de oxígeno sin comprometer la salud cardiovascular

Estudiando la hipoxia 

La investigadora Cynthia Beall, antropóloga de la Universidad Case Western Reserve, ha estado analizando por años cómo los humanos responden a las condiciones de hipoxia, un estado en el que el cuerpo no recibe suficiente oxígeno. 

Según Beall, el caso tibetano es un ejemplo claro de cómo la evolución sigue moldeando nuestras especies.

El estudio se centró en 417 mujeres tibetanas, de entre 46 y 86 años, que han vivido toda su vida en las alturas de Nepal. 

Los investigadores examinaron factores como el número de nacimientos vivos, los niveles de hemoglobina y la saturación de oxígeno en la sangre. 

Los resultados indicaron que las mujeres con mayor éxito reproductivo no poseían niveles altos ni bajos de hemoglobina, sino valores intermedios. 

Sin embargo, la saturación de oxígeno en su hemoglobina era significativamente alta, lo que mejoraba la capacidad de transporte de oxígeno a los tejidos.

Curiosamente, estas mujeres también presentaban un flujo sanguíneo elevado hacia los pulmones y ventrículos izquierdos del corazón más anchos de lo habitual. 

Esto facilitaba la distribución de oxígeno en el cuerpo sin aumentar la viscosidad de la sangre, que podría dañar el corazón

Factores fisiológicos y culturales

Los investigadores concluyen que estos rasgos fisiológicos, sumados a factores culturales como el inicio temprano de la reproducción y matrimonios largos, han permitido a las mujeres tibetanas tener un promedio de 5,2 hijos, con algunas registrando hasta 14 nacimientos vivos. 

Estas adaptaciones no solo mejoran la supervivencia en condiciones extremas, sino que también maximizan el éxito reproductivo en altitudes donde la mayoría de las personas experimentarían serias dificultades para sobrevivir.

La evolución sigue en marcha, y casos como el de las mujeres tibetanas son una ventana para entender mejor los procesos evolutivos en los seres humanos. 

Según Beall, este estudio ofrece una perspectiva única sobre cómo la selección natural continúa moldeando nuestras capacidades para adaptarnos a entornos desafiantes, lo que puede arrojar luz sobre otros fenómenos de adaptación humana en todo el mundo. 

Esta investigación subraya la increíble diversidad biológica de nuestra especie y cómo, frente a condiciones extremas, el cuerpo humano puede desarrollar soluciones sorprendentes para garantizar su supervivencia y prosperidad.