La epidemia de gripe aviar altamente patógena ya llegó a la Antártida

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La epidemia de gripe aviar altamente patógena ya llegó a la Antártida

Distribución geográfica de las detecciones de virus de influenza aviar de alta patogenicidad H5N1 en Georgia del Sur. (Banyard et al., Nature, 2024)

Una pandemia animal está al borde de expandirse globalmente, según un estudio publicado en Nature Communications. Científicos han documentado la presencia del virus de la influenza aviar altamente patogénica (HPAIV) en varias especies de aves y mamíferos en la Antártida, una región remota que hasta ahora había permanecido libre de este tipo de cepas mortales.

Desde 2021, la cepa H5N1 clado 2.3.4.4b ha devastado poblaciones de aves y mamíferos en todo el mundo, propagándose rápidamente desde Europa hasta América del Norte y del Sur. 

Los análisis genéticos sugieren que el virus está filtrándose hacia la región antártica, probablemente transportado por aves migratorias. Este desarrollo ha sido temido desde hace tiempo por los científicos, ya que especies icónicas como los albatros y los pingüinos enfrentan una crisis existencial.

«Antártida y las islas subantárticas poseen ecosistemas únicos que apoyan a poblaciones clave de aves marinas y mamíferos», señalaron los autores del estudio, basado en datos del British Antarctic Survey (BAS). Las epidemias con alta mortalidad representan una amenaza considerable para estas ya vulnerables poblaciones de aves marinas. 

Primeros casos 

El 17 de septiembre de 2023, investigadores del BAS, en las Islas Georgias del Sur, ubicadas entre Argentina y la Antártida, observaron el primer signo del virus: un petrel gigante luchando por moverse. 

Tras la muerte del ave, otras aves, como los skúas marrones, consumieron el cadáver y comenzaron a mostrar síntomas similares días después. Para el 8 de octubre, los investigadores registraron el mayor número de muertes de aves en estas islas.

Para principios de diciembre, se observaron colonias de focas elefante y focas peleteras antárticas tosiendo y luchando por respirar. Entre octubre y diciembre, los investigadores encontraron 33 cadáveres de aves y 17 de mamíferos en ocho localizaciones distintas de las Islas Georgias del Sur, de los cuales el 66% resultó positivo para el HPAIV H5N1.

En las Islas Malvinas, más cercanas a Argentina, otras especies como el albatros de ceja negra y el petrel antártico también dieron positivo para el virus. Aunque aún no se ha registrado oficialmente la presencia del virus en el continente antártico, algunos científicos creen que ya ha llegado. 

¿Todo el mundo?

Un estudio internacional, aún en proceso de revisión, sugiere la presencia del H5N1 en pingüinos Adelia y cormoranes antárticos en sitios de reproducción de la península antártica y la costa oeste de la Antártida, detectado entre diciembre de 2023 y enero de 2024.

Si estos casos son confirmados, Australia sería el único continente sin la presencia de esta cepa de gripe aviar. Sin embargo, en Sudamérica, la pandemia animal ha sido particularmente severa, causando eventos masivos de mortalidad en aves y mamíferos marinos. Algunas especies han mostrado tasas de mortalidad de hasta el 40%. 

El impacto ecológico de la HPAIV subraya el peligro que representa para especies aisladas en la Antártida, muchas de las cuales ya enfrentan graves declives poblacionales. Las focas peleteras y las colonias de pingüinos están sufriendo pérdidas catastróficas, y una pandemia es lo último que necesitan.