Científicos rusos revelaron la existencia de una colosal masa de agua previamente no detectada en el Océano Atlántico a la que han denominado Agua Ecuatorial del Atlántico (AEA). Esta se extiende desde Brasil hasta el Golfo de Guinea, cerca de África Occidental. Los detalles fueron publicados en Geophysical Research Letters.
El agua ecuatorial del Atlántico se origina a lo largo del ecuador terrestre, donde las corrientes oceánicas mezclan cuerpos de agua del norte y sur, generando una masa de agua singular con características distintivas.
Este hallazgo es notable porque hasta ahora solo se habían observado masas de agua ecuatoriales en los océanos Pacífico e Índico. La ausencia de un fenómeno similar en el Atlántico desconcertaba a los oceanógrafos.
Viktor Zhurbas, físico y oceanólogo del Instituto Shirshov de Oceanología de Moscú, lideró la investigación. Destacó que la circulación y mezcla ecuatorial del Océano Atlántico comparten similitudes con los océanos Pacífico e Índico. La identificación del AEA completa una parte crucial del patrón global de masas de agua oceánica.
Diferencias en el océano
El océano no es uniforme, es un complejo entramado de masas y capas interconectadas, influenciadas constantemente por corrientes, remolinos y variaciones de temperatura y salinidad.
Cada masa de agua tiene características únicas, incluida la densidad y composiciones isotópicas específicas de elementos como oxígeno, nitrato y fosfato. Estas propiedades están determinadas por su geografía, historia de formación y atributos físicos.
Los oceanógrafos utilizan gráficos de temperatura y salinidad para identificar estas masas de agua. Este método, desarrollado en 1942, permitió identificar aguas ecuatoriales en los océanos Pacífico e Índico, que se caracterizan por sus perfiles distintivos de temperatura y salinidad en una densidad constante, lo que las hace fácilmente distinguibles de las aguas circundantes. Sin embargo, el Océano Atlántico había eludido hasta ahora esa categorización.
El descubrimiento
El avance surgió del análisis de datos del programa Argo, una iniciativa internacional que emplea flotadores robóticos para recopilar datos oceánicos y proporcionar una red densa de perfiles de temperatura y salinidad a través del Atlántico.
Mediante un análisis minucioso, los científicos identificaron una curva única de temperatura-salinidad paralela a las curvas de las aguas centrales del Atlántico Norte y Sur, revelando el esquivo Agua Ecuatorial del Atlántico.
La identificación de esta nueva masa de agua es más que una simple curiosidad científica. Ofrece información invaluable sobre los procesos de mezcla oceánica, fundamentales en la distribución global de calor, oxígeno y nutrientes.
Estudiar estos procesos es crucial para entender el impacto del océano en el clima y los ecosistemas marinos. Ahora los oceanógrafos poseen una nueva herramienta para explorar y comprender el intrincado funcionamiento de los océanos en nuestro planeta.