Investigadores descubren un nuevo tipo de madera desconocida hasta la fecha

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Investigadores descubren un nuevo tipo de madera desconocida hasta la fecha

La ultraestructura de la madera de Liriodendron tulipifera observada con crio-SEM revela estructuras de macrofibrillas agrandadas. / Jan J Lyczakowski y Raymond Wightman

La madera de las dos especies de árbol de tulipán (Liriodendron) no es ni dura ni blanda, sino un tipo de madera intermedio, algo que hasta ahora no sabíamos que existía. El estudio, publicado en New Phytologist, muestra que esta madera parece ser particularmente eficiente en la captura y almacenamiento de carbono.

De acuerdo con los bioquímicos Jan Łyczakowski de la Universidad Jagiellonian en Polonia y Raymond Wightman de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, su curiosa habilidad estaría relacionada con el tamaño de las macrofibrillas del árbol, largos paquetes de componentes de la pared celular y celulosa, que son mucho más grandes que las de los árboles de madera dura.

El descubrimiento podría allanar el camino para desarrollar nuevos métodos de almacenamiento de carbono. Algunos países de Asia oriental ya están utilizando plantaciones de Liriodendron para capturar carbono de manera eficiente y esto podría estar relacionado con su novedosa estructura de madera.

«Ambas especies de árbol de tulipán son conocidas por ser excepcionalmente eficientes en la captura de carbono, y su estructura de macrofibrillas agrandadas habría sido una adaptación para ayudarles a capturar y almacenar más fácilmente grandes cantidades de carbono cuando la disponibilidad de carbono atmosférico se vio bastante reducida», explica Łyczakowski. 

 

Tulipanes 

Existen dos especies de árbol de tulipán, Liriodendron tulipifera y Liriodendron chinense, y sus linajes pueden rastrearse hasta hace entre 30 y 50 millones de años, cuando se separaron del género Magnolia. 

En esa época, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera disminuyó rápida y drásticamente, lo que, según los investigadores, podría estar relacionado con la aparición del Liriodendron. «Esto», explica Łyczakowski, «podría ayudar a explicar por qué los árboles de tulipán son altamente efectivos en el almacenamiento de carbono.»

Las macrofibrillas se encuentran dentro de las paredes celulares secundarias de las plantas leñosas, que son una característica clave de su anatomía. Estas paredes celulares secundarias se forman después de las primarias y son responsables de reforzar la estructura de la planta.

Łyczakowski y sus colegas hicieron su descubrimiento en el curso de un estudio que examinaba la evolución de la estructura de estas plantas, incluidas plantas de madera blanda como los pinos y las coníferas, y maderas duras como el roble y el abedul. 

Los científicos utilizaron criomicroscopía electrónica de barrido (cryo-SEM) para observar las paredes celulares de 33 plantas en un estado lo más cercano posible al natural. 

 

Los descubrimientos 

El estudio reveló que las diferencias entre angiospermas (plantas con flores) y gimnospermas (plantas productoras de semillas) no siempre son claras. 

Además, los investigadores encontraron dos gimnospermas del género Gnetum con una estructura de pared celular secundaria igual a la de las angiospermas leñosas.

Estos hallazgos tienen implicaciones para campos que van desde la biología hasta la ingeniería, subrayando la importancia de entender la diversidad de las paredes celulares secundarias para avanzar en los programas de captura de carbono y mitigar el cambio climático.