Puedes detener el tictac de un reloj, pero frenar la marcha de la humanidad hacia el desastre es otra historia.
El famoso Reloj del Apocalipsis acaba de moverse un segundo más cerca del desastre. Ahora marca 89 segundos para la medianoche, la hora simbólica del «día del juicio final».
Este reloj no es un simple artefacto. Un grupo de expertos en riesgos nucleares, cambio climático y tecnología lo ajusta cada año. Su mensaje es claro: estamos peligrosamente cerca de un punto sin retorno.
«Cada segundo de inacción aumenta el riesgo de una catástrofe global», advierte el panel de científicos que lo gestiona. Ignorar esto sería una locura.
El Reloj del Juicio Final nació en 1947, cuando los científicos del Proyecto Manhattan querían alertar sobre los peligros de las armas nucleares. En aquel entonces, estaba a 7 minutos de la medianoche.
En 1949, con la amenaza nuclear en aumento, el reloj avanzó a tres minutos de la catástrofe. Pero en 1991, con el fin de la Guerra Fría, retrocedió hasta marcar las 23:43. Fue un breve alivio.
Desde el año 2000, el reloj ha avanzado sin freno. Los conflictos, el cambio climático y las pandemias nos han acercado cada vez más al desastre.
El 2024 fue un año especialmente oscuro. Batimos récords de temperatura y superamos por primera vez los 1,5 °C sobre los niveles preindustriales.
Además, la guerra en Ucrania continuó, los conflictos en Oriente Medio se intensificaron y las potencias nucleares invirtieron miles de millones en ampliar sus arsenales.
Por si fuera poco, la gripe aviar se propagó por el mundo, infectando animales y humanos, con el riesgo de una nueva pandemia.
Y hay otro problema: la desinformación. Las teorías conspirativas y la inteligencia artificial hacen que cada vez sea más difícil distinguir la verdad de la mentira.
«Estados Unidos, China y Rusia tienen el poder de destruir la civilización», señala el panel. Por eso, sus líderes tienen la responsabilidad de sacar al mundo del borde del abismo.
Algunos, como el científico Steven Pinker, creen que el Reloj del Apocalipsis es solo un truco político. Otros lo critican porque su configuración parece arbitraria.
«La retórica apocalíptica no ayuda a resolver problemas complejos en una democracia», dijo la historiadora Katherine Pandora en 2016. Pero reconoció que el debate que genera es valioso.
El Boletín de Científicos Atómicos insiste en que su objetivo no es sembrar miedo, sino inspirar acción. Todavía hay tiempo para cambiar el rumbo.
El ex presidente colombiano Juan Manuel Santos lo resumió bien: «Cada segundo cuenta. Usemos cada uno sabiamente».
Fuente: Science Alert