Neurocientíficos de la Universidad de Glasgow y Universidad de Birmingham han hallado la manera de promover la memoria usando estimulación magnética en la corteza cerebral.
No era lo que estaban buscando
A veces, importantes descubrimientos científicos ocurren de manera imprevista. En el 2012, investigadores del Reino Unido, se encontraban explorando el papel de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda (DLPFC) en el olvido voluntario. Porque sí, el olvido es también una actividad voluntaria, sobre todo cuando se trata de suprimir o sustituir memorias vergonzosas o dolorosas. En ese entonces, los neurocientíficos demostraron que, efectivamente, el olvido voluntario es gestionado por dicha parte de la corteza cerebral.
Después de algunos años, tras analizar la metodología empleada y los resultados obtenidos, los científicos descubrieron que estimular magnéticamente esa parte del cerebro con la frecuencia correcta mientras creamos nuevos recuerdos, nos ayuda a recordarlos.
«Nos sorprendió bastante cuando vimos estos efectos en el primer estudio, que fue diseñado para investigar una cuestión diferente», dice el neurocientífico cognitivo Simon Hanslmayr de la Universidad de Glasgow.
Estimulación lenta
De acuerdo a su artículo publicado en PLOS Biology, los investigadores decidieron realizar un segundo experimento para comprar si lo que observaron era realmente correcto. Contaron con la participación de 24 voluntarios adultos sanos que debieron memorizar dos listas de 10 palabras. Ambas fueron mostradas por separado una docena de veces. Pero eso no fue todo, la memoria se puso a prueba con una distracción.
Luego, el equipo le pidió a la cohorte que recordara ambas listas de palabras, mientras la mitad recibía 1 Hz de estimulación magnética transcraneal repetitiva lenta (rTMS) en la DLPFC. La otra mitad, el grupo control, recibió un 1 Hz de rTMS en la parte superior de la cabeza.
Los participantes que recibieron la estimulación en la DLPFC se desempeñaron mejor en recuperación de la memoria. No recordaron mejor el orden de las palabras pero sí recordaron cada palabra de forma independiente.
Un relajo mental
Aunque la cohorte es pequeña, los resultados respaldan los hallazgos del 2012. Además, coinciden con otros estudios que exploran el papel de la DPLFC en la memoria voluntaria. Sin embargo, aquí lo importante es el tipo de estimulación, pues no es activa como en otras investigaciones, más bien es una estimulación lenta que parece tener un efecto inhibidor en la mayor parte de la corteza, no excitador.
Por ejemplo, la estimulación lenta rTMS es un tratamiento prometedor para el trastorno depresivo mayor, como un «relajante mental». Incluso, los neurocientíficos apuestan por la extensión de los efectos inhibidores desde la DLPFC hasta la corteza parietal. Esta última es una parte del cerebro que está involucrada en la atención y la percepción y, cuando la actividad en la corteza parietal se reduce el enfoque y el rendimiento de la memoria mejoran. Ambas áreas del cerebro están estrechamente relacionadas.
«Nuestros resultados electrofisiológicos sugieren que la estimulación frontal afecta a una red más amplia y mejora la formación de la memoria al inhibir las áreas parietales», explica el neurocientífico Mircea van der Plas de la Universidad de Glasgow. «Estos son efectos complejos pero interesantes que requieren más experimentos para comprender mejor su base neuronal«.
Aún se necesita mucha más investigación para comprender completamente las complejidades de la estimulación magnética en la memoria. Pero, no podemos dejar de celebrar este tipo de avances científicos, sobre todo cuando los resultados son inesperados.