Un estudio publicado en Nature sugiere que la vasta red cósmica que conocemos como nuestra dirección galáctica puede estar influenciada por una estructura aún más grande: la Concentración de Shapley. Esta estructura masiva, conocida como una «cuenca de atracción», podría ser la clave para entender mejor la distribución de materia en el universo.
Nuestro lugar en el cosmos comienza en la Tierra, dentro del Sistema Solar, la Vía Láctea, el Grupo Local, y sigue hasta llegar al Supercúmulo de Laniakea, que abarca 500 millones de años luz. Pero los movimientos de galaxias y cúmulos cercanos indican que hay algo aún más grande influyendo en nuestra parte del universo.
La concentración de Shapley
El equipo de investigación CosmicFlows, liderado por el astrónomo R. Brent Tully de la Universidad de Hawái, ha medido los movimientos de unas 56,000 galaxias. El estudio reveló que la Concentración de Shapley podría ser 10 veces más grande que Laniakea, e incluso representar la mayor concentración de materia en el universo cercano.
La Concentración de Shapley fue observada por primera vez en la década de 1930 por el astrónomo Harlow Shapley como una nube en la constelación de Centauro.
Hoy en día, se ha identificado como una vasta concentración de galaxias y materia oscura que parece atraer a nuestra galaxia y a las demás en la región. Los estudios de movimientos galácticos muestran que el Grupo Local, al que pertenece la Vía Láctea, está siendo arrastrado hacia esta estructura masiva.
Este descubrimiento representa un problema para los modelos cosmológicos actuales, ya que la existencia de estas «cuencas de atracción» o concentraciones de materia podría no estar completamente explicada.
Según Ehsan Kourkchi, astrónomo de la Universidad de Hawái, las actuales encuestas del cielo podrían no ser lo suficientemente grandes como para mapear completamente estas estructuras masivas. Los astrónomos comparan estas cuencas con cuencas hidrográficas, donde las galaxias fluyen hacia las áreas con mayor gravedad, al igual que el agua en una cuenca de un río.
El descubrimiento
El equipo CosmicFlows ha estado utilizando estudios de corrimiento al rojo para mapear estos movimientos galácticos. Dichos estudios revelan cómo se mueven las galaxias hacia y dentro de las concentraciones de materia, proporcionando un mapa tridimensional de la región espacial dominada por estas fuerzas gravitacionales.
Este enfoque no solo mide el material luminoso, como las estrellas, sino también la materia oscura, cuya existencia se infiere por los efectos gravitacionales en las galaxias.
Uno de los principales problemas que enfrentan los astrónomos es la complejidad de las formas y densidades de las galaxias. Para superarlo, miden la «velocidad peculiar» de las galaxias, una desviación en sus movimientos causada por las interacciones gravitacionales.
Este trabajo, liderado por Tully y su equipo, promete proporcionar mapas cada vez más precisos de la estructura del universo. Con ello, se lograra un mayor entendimiento de la distribución de toda la materia, incluidas las misteriosas concentraciones de materia oscura.