Un estudio , publicado en Geophysical Research Letters, está encendiendo las alarmas sobre una de las soluciones tecnológicas para combatir el cambio climático. La geoingeniería forzada mediante la inyección de partículas de sulfato en la atmósfera para reflejar la luz solar podría tener consecuencias peligrosas.
Este método, inspirado en los efectos de enfriamiento natural de las erupciones volcánicas, se presenta como una carta bajo la manga frente al calentamiento global. Sin embargo, la investigación dirigida por Elia Wunderlin, científica atmosférica de ETH Zürich, revela que si estas partículas no alcanzan la posición deseada, podrían causar un calentamiento adicional y anomalías climáticas peores que las actuales.
La investigación
El equipo de Wunderlin utilizó modelos de clima de aerosol-química y principios de microfísica para simular el comportamiento de los aerosoles de sulfato si se inyectaran en la estratosfera sobre latitudes ecuatoriales.
Aunque se identificó al ecuador como un sitio objetivo óptimo debido a la larga duración que los aerosoles permanecerían en el aire, los resultados indican que el aumento en la cantidad de inyecciones reduciría la eficacia de enfriamiento.
Una vez que los niveles de partículas de azufre en la atmósfera alcanzan un nuevo equilibrio, dos a tres años después de una inyección propuesta, se podría lograr un enfriamiento de la superficie planetaria de aproximadamente 1°C. No obstante, esto conllevaría a un fuerte calentamiento en la estratosfera tropical inferior debido a la absorción de calor de onda larga que radia desde la superficie de la Tierra.
El incremento de emisiones de gases de efecto invernadero durante este tiempo podría resultar en sistemas meteorológicos más extremos en el hemisferio norte durante el invierno, alterando la interacción entre la estratosfera y la troposfera.
Los modelos también revelaron que aumentar la concentración de aerosoles en la estratosfera podría inducir un ciclo biannual en el movimiento de químicos atmosféricos, incluyendo los aerosoles. Esto tendría significativas implicaciones para los patrones climáticos globales, como el aumento del riesgo de inundaciones en Europa.
Otras medidas
El equipo sugiere que se investiguen otros aerosoles potenciales, como el diamante o el calcita, que no absorberían el calor de la superficie terrestre o interferirían con las capas de ozono. Sin embargo, advierten que estas alternativas podrían presentar otros desafíos aún desconocidos.
Estos hallazgos se suman a una creciente lista de investigaciones que resaltan los riesgos de la geoingeniería forzada. Estos incluyen la pérdida de más capa de ozono, cambios en los patrones globales de lluvia y más disrupciones en los sistemas ecológicos.
Alternativamente, la restauración de ecosistemas nativos se presenta como una opción de geoingeniería con menores riesgos y beneficios garantizados. A pesar de ser una apuesta mucho más segura y confiable, esta opción no ha capturado la misma atención, entusiasmo o financiamiento.
Frente a este panorama, la transición lejos de los combustibles fósiles se destaca como esencial para abordar la situación climática actual. Sin embargo, el uso de estos continúa en aumento, mientras que las corporaciones que reciben financiamiento público registran ganancias récord.