Un equipo de paleoantropólogos ha examinado la mano fosilizada de Ardipithecus ramidus (“Ardi”), una especie de homínido que vivió en el este del continente africano (Etiopía) hace unos 4,4 millones de años. Los resultados brindan pistas sobre cómo los primeros humanos empezaron a caminar erguidos y a realizar los movimientos que realizan los humanos en la actualidad.
El estudio, cuyo autor principal es Thomas Prang de la Universidad de Texas A&M, fue publicado en Science Advances.
El estudio
Los investigadores analizaron la mano de Ardi, comparándola con las manos de cientos de otros especímenes humanos, simios y monos recientes. De esa forma, esperaban encontrar diferencias que permitan conocer el comportamiento locomotor de los primeros homínidos (parientes humanos fósiles). Los resultados mostraron algunas características clave.
Las falanges del espécimen eran largas en relación a su tamaño corporal estimado. Además, sus huesos estaban curvados hacia adentro, lo que sugiere una mano predispuesta a agarrar cosas.
“La forma del hueso refleja la adaptación a hábitos o estilos de vida particulares, por ejemplo, el movimiento de los primates, y al establecer conexiones entre la forma del hueso y el comportamiento entre las formas vivas, podemos hacer inferencias sobre el comportamiento de especies extintas, como Ardi, que no pueden ser observadas directamente», dijo Prang.
«Bueno, eso no significa que, ya sabes, los humanos evolucionaron a partir de un antepasado que se parecía exactamente a un chimpancé», agregó Prang en una llamada telefónica con Gizmodo. “Lo cual no quiere decir que los chimpancés sean fósiles vivientes o que los propios chimpancés no hayan evolucionado. Nuestro estudio muestra que Ardipithecus y, probablemente, los primeros fósiles humanos conservan características de un ancestro más similar a los chimpancés y bonobos que a cualquier otro primate vivo”.
¿Salto evolutivo?
Según los investigadores, la mano representa evidencia de un gran “salto evolutivo» entre el tipo de mano de Ardi y todas las de homínidos posteriores.
«Este ‘salto evolutivo’ ocurrió en un momento crítico cuando los homínidos estaban adaptándose a una forma más humana de caminar erguido». Pero eso no es todo, a este tiempo también pertenecen las evidencias más tempranas de herramientas fabricadas por homínidos.
«Proponemos que esto implica la evolución de una marcha erguida más avanzada, la cual permitió que las manos humanas fueran modificadas por el proceso evolutivo para una manipulación manual mejorada, posiblemente involucrando herramientas de piedra», dijo el autor.
Para Prang, el hecho de que Ardi represente una fase anterior de la historia evolutiva humana es importante, pues nos acerca más a descubrir cuál es el ancestro a partir del cual evolucionaron los humanos y chimpancés.