Un equipo de científicos ha descubierto un nuevo mecanismo que juega un papel integral en la regulación de la producción de grasa en nuestro cuerpo. El estudio, publicado en Nature Communications, encontró que el mecanismo se apaga horas después de comer y es anormal en las personas obesas.
Después de comer, nuestro cuerpo activa su sistema metabólico. Una parte clave de este proceso involucra al páncreas, el cual produce insulina, que a su vez hace que el hígado convierta los alimentos en grasa para que nuestro cuerpo la almacene. Este proceso se llama lipogénesis.
Hormona FGF19
Pero el proceso que se produce unas horas después de haber comido, era el desconocido. El estudio, dirigido por la profesora de fisiología molecular de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, Jongsook Kim Kemper, descubrió que la hormona intestinal que se encuentra en ratones, FGF15, conocida como FGF19 en humanos, apaga la producción de grasa en el hígado.
“Esta hormona intestinal en realidad actúa como un interruptor de la acción de la insulina”, dijo Kemper. “y específicamente inhibe la lipogénesis en el hígado para que esté estrictamente regulada”, añadió.
La investigadora pone de ejemplo cuando se come un par de galletas y el cuerpo libera insulina, lo que promueve la lipogénesis. “Si la lipogénesis no se reduce más tarde, cuando el cuerpo entra en estado de ayuno, el exceso de grasa se acumulará en el hígado, por lo que la hormona FGF19 frena la producción de grasa”, explicó.
El equipo realizó pruebas en ratones con obesidad y pacientes humanos con enfermedad de hígado graso no alcohólico y descubrió que esta vía era anormal. La hormona intestinal fue muy ineficaz para reducir la actividad genética necesaria para apagar la lipogénesis.
Más estudios
El descubrimiento es importante para comprender mejor este mecanismo. Además, se suma a nuestra comprensión de la obesidad, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y otros trastornos metabólicos. “También podría tener implicaciones para otras enfermedades como la diabetes o ciertos cánceres, para los cuales la obesidad es un factor de riesgo”, explicó Kemper.
Sin embargo, los investigadores señalan que puede haber más vías reguladoras no descubiertas que contribuyan al encendido y apagado de la lipogénesis. La investigación es reciente y no está claro si esta vía en particular puede ser dirigida terapéuticamente, pero es un nuevo descubrimiento prometedor.
Por eso, con base en este estudio, se podría buscar opciones de tratamiento terapéutico para apuntar a esta vía y aumentar la función reguladora. La obesidad es una condición que afecta a cerca del 40% de la población mundial. En ese sentido, solo pequeños cambios de hábito como ejercicios intensos durante 12 minutos son suficientes para ayudar ese problema.