Un estudio reciente publicado en Gastroenterology descubrió que ciertos cambios en el gen SI pueden influir en cuánto azúcar comemos y cuánto nos gusta. Esto podría ayudar a crear terapias para reducir el consumo de azúcar y mejorar nuestra salud.
El estudio lo lideró el Dr. Peter Aldiss, de la Universidad de Nottingham, junto con investigadores de Dinamarca, España e Italia. Analizaron cómo estas variaciones genéticas afectan nuestras preferencias por lo dulce.
El problema del azúcar en la salud
Según el Dr. Aldiss, consumir demasiada azúcar contribuye a problemas como la obesidad y la diabetes tipo 2. En el Reino Unido, entre el 9% y el 12% de nuestra dieta diaria proviene de azúcares como la sacarosa. Además, el 79% de las personas consume hasta tres snacks azucarados cada día.
Pero no todos digerimos el azúcar de la misma manera. Defectos en el gen SI afectan esta digestión y se han relacionado con el síndrome del intestino irritable, que afecta al 10% de la población.
El estudio sugiere que estas variaciones genéticas no solo afectan cuánta azúcar comemos, sino también cuánto nos gusta lo dulce.
Experimentos con ratones y humanos
Primero, los científicos estudiaron ratones sin el gen SI. Estos ratones dejaron de preferir la sacarosa y consumían menos azúcar. Luego, confirmaron esto en humanos: analizaron datos de 6 000 personas en Groenlandia y de 134,766 personas en el Reino Unido.
En Groenlandia, las personas que no pueden digerir sacarosa consumen mucho menos azúcar. En el Reino Unido, aquellos con un gen SI defectuoso también mostraron menos gusto por los alimentos azucarados.
¿Qué significa esto para la salud pública?
Estos hallazgos muestran que la genética influye en nuestras preferencias por el azúcar. Si tenemos variaciones en el gen SI, es más probable que comamos menos azúcar de forma natural.
El Dr. Aldiss cree que esto podría usarse para desarrollar tratamientos que ayuden a reducir el consumo de azúcar a gran escala. Si logramos esto, podríamos mejorar la salud metabólica y digestiva de muchas personas.
En el futuro, comprender cómo estos defectos en el gen SI funcionan nos ayudará a crear terapias específicas. La idea es reducir el consumo de azúcar sin que nos cueste tanto esfuerzo.
¿Por qué es importante?
Reducir el consumo de azúcar ayuda a prevenir enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo 2. Además, podría mejorar problemas digestivos relacionados con el exceso de azúcar.
Este estudio nos da una pista de por qué algunas personas prefieren lo dulce y otras no tanto. También abre la puerta a tratamientos personalizados que podrían beneficiar a toda la población.
En resumen, si logramos entender mejor cómo funciona el gen SI, podríamos encontrar nuevas formas de reducir el azúcar en nuestras dietas y vivir más sanos.