Un estudio reciente ha demostrado que la inteligencia artificial (IA) puede superar a las pruebas clínicas tradicionales en la predicción del progreso del Alzheimer. Publicado en eClinicalMedicine, este avance podría permitir a las personas con síntomas tempranos de demencia recibir información más precisa sobre el riesgo de desarrollar la enfermedad y tomar medidas preventivas y tratamientos con mayor anticipación.
La investigación, liderada por un equipo de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, empleó un enfoque de aprendizaje automático para entrenar algoritmos de IA utilizando pruebas de capacidad cognitiva y escáneres cerebrales de 410 individuos. Los algoritmos identificaron patrones que relacionaban la cognición con los niveles de materia gris, esencial para el procesamiento de información en el cerebro.
«Hemos creado una herramienta que, a pesar de usar solo datos de pruebas cognitivas y escáneres de resonancia magnética, es mucho más sensible que los métodos actuales para predecir si alguien progresará de síntomas leves a Alzheimer, y si este progreso será rápido o lento», afirmó Zoe Kourtzi, neurocientífica computacional y autora principal del estudio.
La nueva Inteligencia Artificial
La IA fue probada en 1,486 casos fuera de los datos de entrenamiento, logrando identificar correctamente a las personas que desarrollarían Alzheimer en un plazo de tres años el 82% de las veces, y a quienes no lo desarrollarían el 81% de las veces.
Este resultado es aproximadamente tres veces más preciso que las evaluaciones clínicas actuales y podría tener un gran impacto en el diagnóstico del Alzheimer. Además, la IA fue capaz de identificar la velocidad de progresión de la demencia en muchos casos.
Este avance podría ayudar a los médicos a identificar a los pacientes más elegibles para nuevos tratamientos y permitir un estudio más profundo del Alzheimer en sus etapas iniciales, lo cual es crucial para entender cómo comienza la enfermedad.
«Los modelos de IA son tan buenos como los datos con los que se entrenan», explicó Kourtzi. «Para asegurarnos de que el nuestro pueda ser adoptado en un entorno de atención médica, lo entrenamos y probamos con datos recogidos rutinariamente, no solo de cohortes de investigación, sino de pacientes en clínicas de memoria reales. Esto demuestra que será aplicable en un entorno del mundo real».
Más conveniente
El nuevo enfoque presenta varias ventajas: es relativamente económico y no requiere procedimientos invasivos como la recolección de tejidos o sangre. En un contexto de recursos sanitarios limitados, esto es crucial.
Además, identificar a quienes tienen un bajo riesgo de desarrollar Alzheimer también es valioso, brindando tranquilidad a aquellos con problemas de memoria preocupados por la demencia.
«El hecho de que podamos reducir esta incertidumbre con la información que ya tenemos es emocionante y será aún más importante a medida que surjan nuevos tratamientos», concluyó Ben Underwood, psiquiatra de la Universidad de Cambridge.