La Última gran fusión de la Vía Láctea ocurrió mucho más pronto de lo imaginado

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La Última gran fusión de la Vía Láctea ocurrió mucho más pronto de lo imaginado

Vía Láctea / Wikimedia Commons

La Vía Láctea se ha formado y ha adquirido su masa a través de colisiones y fusiones con otras galaxias a lo largo de miles de millones de años. Hasta hace poco, los científicos pensaban que la última gran fusión ocurrió hace entre 8 y 11 mil millones de años. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que esta gran colisión pudo haber sucedido mucho más recientemente, hace menos de 3 mil millones de años.

Este nuevo entendimiento proviene de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzada en 2013, que ha estado mapeando mil millones de objetos astronómicos, principalmente estrellas. Gaia mide repetidamente las posiciones y movimientos de estas estrellas con gran precisión, lo que ha permitido detectar «arrugas» en la Vía Láctea, una señal de estas colisiones galácticas. 

Arrugas cósmicas 

Un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society por Thomas Donlon, investigador postdoctoral en la Universidad de Alabama, Huntsville, arroja luz sobre esta teoría. Las arrugas, que son variaciones en la morfología y el movimiento de los grupos de estrellas, indican la huella de la última gran fusión galáctica.

«Nos arrugamos con la edad, pero nuestro trabajo revela que lo contrario es cierto para la Vía Láctea», comentó Donlon. «Al observar cómo estas arrugas se disipan con el tiempo, podemos rastrear cuándo la Vía Láctea experimentó su último gran choque, y resulta que ocurrió miles de millones de años después de lo que pensábamos».

Los datos recientes de Gaia sugieren que la última gran fusión, llamada la «Fusión Radial de Virgo» (VRM, por sus siglas en inglés), ocurrió hace aproximadamente 2.7 mil millones de años. Esta conclusión se basa en la claridad de las arrugas observadas, que no estarían tan definidas si el evento hubiera ocurrido hace más de 8 mil millones de años. 

Colisiones 

Los investigadores también han identificado una región rica en Fe/H con estrellas que siguen órbitas altamente excéntricas, conocida como «la Salpicadura». Estas estrellas probablemente se originaron en una galaxia enana rica en Fe/H y sus órbitas fueron alteradas como resultado de la fusión.

Aunque aún existe evidencia de una fusión anterior con la galaxia enana Gaia Salchicha/Encelado (GSE), los nuevos datos de Gaia apoyan más firmemente la teoría del VRM reciente. La identificación precisa del tiempo y las características de estas fusiones se ha logrado mediante simulaciones que comparan los datos reales de Gaia con modelos de fusiones galácticas.

A medida que Gaia continúa proporcionando más datos, los astrónomos esperan mejorar aún más su comprensión de la historia compleja de la Vía Láctea, diferenciando los objetos originados en la fusión VRM de los de la antigua fusión GSE. Este descubrimiento proporciona una mejor comprensión de cómo se forman y evolucionan las galaxias en el universo.