Investigadores del MIT y la Universidad de Pensilvania han analizado cómo la desinformación en redes sociales afecta las intenciones de vacunación, particularmente durante la pandemia de COVID-19. Publicado en Science, el estudio examinó más de 13,000 titulares relacionados con vacunas, influenciando a aproximadamente 233 millones de usuarios de Facebook en EE.UU.
El estudio identifica dos tipos de difusores masivos de desinformación: los que intencionalmente organizan la difusión de falsedades y aquellos que comparten información falsa sin saberlo. Durante la pandemia, ambos tipos tuvieron efectos fatales, afectando la percepción pública sobre las vacunas.
El estudio
Los investigadores adoptaron un enfoque inclusivo, considerando el contenido etiquetado como falso por verificadores. Pero también incluyen información escéptica sobre vacunas que, aunque no necesariamente falsa, genera dudas y recibe menos escrutinio en redes sociales.
Realizaron dos experimentos con más de 18,700 participantes para evaluar el impacto de diferentes titulares en las intenciones de vacunación. Encontraron que, independientemente de la veracidad del titular, aquellos que sugerían que las vacunas podían ser dañinas reducían las intenciones de vacunarse.
El equipo extrapoló estos hallazgos a los usuarios de Facebook en EE.UU., utilizando crowdsourcing y aprendizaje automático para estimar el impacto de alrededor de 13,200 URLs populares durante los primeros meses de la campaña de vacunación en 2021.
Descubrieron que las historias no etiquetadas como falsas pero que implicaban riesgos de vacunación tuvieron un impacto significativamente mayor en la duda vacunal que la desinformación flagrantemente falsa.
Las historias no etiquetadas, muchas de ellas publicadas por medios de comunicación creíbles, fueron vistas cientos de millones de veces y alentaron el escepticismo hacia las vacunas de manera más efectiva que las historias etiquetadas como falsas. El modelo predictivo del equipo mostró que estas historias tuvieron un impacto 46 veces mayor en la duda vacunal.
Importancia de los medios
Jennifer Allen, científica social computacional del MIT, y sus colegas subrayan la necesidad de considerar no solo la desinformación evidente, sino también el contenido que, aunque preciso, es engañoso. Su trabajo sugiere que limitar la desinformación tiene beneficios para la salud pública, pero también es crucial abordar el contenido en áreas grises que, sin ser totalmente falso, puede inducir a error.
El estudio se centra en EE.UU., pero sus conclusiones podrían tener implicaciones globales sobre cómo se disemina la información y su impacto en las decisiones de salud pública.
Aunque las intenciones de vacunación no equivalen directamente a los datos de vacunación real, este estudio proporciona una visión valiosa sobre cómo la exposición a diferentes tipos de contenido puede influir en las decisiones de vacunación.
El estudio destaca la necesidad de una vigilancia más exhaustiva y la consideración de todos los tipos de información que pueden influir en la opinión pública sobre las vacunas. De esta forma podremos combatir efectivamente las dudas sobre las vacunas y proteger la salud pública.