«¡Dios mío, no creerías lo que acabo de encontrar en el cerebro de esta señora!,» es una frase que no se espera escuchar de un cirujano. Pero, lo que observó durante una cirugía cerebral abierta fue realmente impactante: un gusano redondo vivo retorciéndose en el tejido nervioso.
Si bien no es la primera vez que se encuentran gusanos parásitos en cerebros humanos, este nematodo en particular no se parecía a ningún otro catalogado en la literatura médica.
Parásito de serpiente
Investigadores de la Universidad Nacional Australiana (ANU) y el Hospital de Canberra investigaron la procedencia de este invasor en los libros de texto. Finalmente, los expertos de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (CSIRO) de Australia resolvieron el misterio.
El parásito extraído del cerebro de la paciente resultó ser un gusano llamado Ophidascaris robertsi, que pasa la mayor parte de su vida adulta en las pitones de alfombra (Morelia spilota).
«Este es el primer caso humano de Ophidascaris registrado en el mundo», afirma Sanjaya Senanayake, especialista en enfermedades infecciosas.
Este parásito ya se había encontrado en estado juvenil en los órganos de koalas y petauros del azúcar, pero nunca antes en el cerebro de un mamífero adulto. El ciclo de vida del gusano comienza como larva en los órganos de pequeños mamíferos que son el alimento de las pitones de alfombra. Luego, el parásito crece en el esófago y el estómago de la serpiente.
A pesar de que la paciente no tuvo contacto directo con una pitón de alfombra, estas suelen buscar pastos nativos en un lago cerca de su casa en el sureste de Nueva Gales. Los médicos creen que el reptil eliminó las larvas del parásito a través de sus heces, infectando a la mujer cuando entró en contacto con la hierba contaminada a principios de 2021.
Intentó pasar desapercibida
«Al principio experimentó dolor abdominal y diarrea, seguidos de fiebre, tos y dificultad respiratoria», informa la microbióloga clínica Karina Kennedy del Hospital de Canberra.
«En retrospectiva, estos síntomas probablemente se debieron a la migración de larvas de lombrices intestinales desde el intestino a otros órganos, como el hígado y los pulmones. Realizamos muestras respiratorias y una biopsia de pulmón; sin embargo, no detectamos ningún parásito».
Las larvas en esta etapa eran demasiado pequeñas para ser vistas y maduraron estando ocultas. En 2022, los síntomas de la paciente cambiaron. Experimentaba sutiles cambios en la memoria, el procesamiento cognitivo y depresión.
Un escáner cerebral reveló una lesión en el lóbulo frontal derecho que requirió cirugía. Fue ahí donde los neurocirujanos se toparon con el parásito en su forma adulta.
Los gusanos parásitos rara vez invaden el cerebro humano, el cual se encuentra rigurosamente protegido del resto del cuerpo. Dado que la paciente estaba inmunodeprimida, los especialistas sospechan que dicha condición permitió a las larvas del gusano migrar a través de la barrera hematoencefálica hacia el sistema nervioso central.
La salud de la paciente está siendo monitoreada constantemente, y ya ha tomado antiparasitarios para asegurarse de que no tenga otras larvas ocultas en sus órganos.
«Nunca es fácil ni deseable ser el primer paciente del mundo en algo», afirma Senanayake. «No puedo expresar lo suficiente nuestra admiración por esta mujer, quien ha demostrado paciencia y coraje a lo largo del proceso».
Impresionante historia, como un pan con jamón, pero solo si es 5 Jotas. Saludos.