Investigadores holandeses y estadounidenses lograron restaurar recuerdos borrados por la privación prolongada del sueño… en ratones. Descubrieron que la información obtenida en tales condiciones no se pierde, solo se almacena incorrectamente y se puede recuperar. El estudio se publicó en Current Biology.
La privación del sueño es extremadamente común y afecta las funciones físicas y mentales de personas de todas las edades. Después de recibir nueva información, la privación del sueño interrumpe su procesamiento y consolidación por parte del hipocampo, lo que podría ocasionar amnesia.
Los procesos interrelacionados a nivel molecular y celular son los responsables de este fenómeno. La suma de estos cambios afecta la plasticidad sináptica en el hipocampo y, al menos en parte, subyace al deterioro cognitivo durante la privación del sueño. Hasta ahora se sabe poco si tales perturbaciones son reversibles y, de ser así, cómo y en qué medida.
El estudio
El neurocientífico de la Universidad de Groningen Robbert Havekes y sus colegas se propusieron responder esa cuestión. Para ello, utilizaron ratones a los que se les privó del sueño durante 6 horas tras haber explorado una jaula con varios objetos.
Luego de unos días, los animales no pudieron detectar que uno de los objetos se había movido, a menos que ciertas neuronas en el hipocampo se activaran con luz. Esto muestra que los ratones podían recordar dónde estaban ubicados los objetos originales, si las neuronas del hipocampo, que codifican esa información, recibían un empujón.
«La información estaba, de hecho, almacenada en el cerebro, pero era difícil de recuperar», explica Havekes. Los hallazgos sugieren que los recuerdos aparentemente «perdidos» aún pueden existir en algún estado inaccesible y ser recuperados de manera artificial en ratones.
Optogenética
El equipo suspendió la adición de doxiciclina en la comida un día antes del entrenamiento y la reanudó inmediatamente después. Esto se hizo para inducir la expresión de la plataforma optogenética sobre todo en aquellas neuronas involucradas en la memorización.
Con el uso continuo de doxiciclina durante la estimulación con láser, los ratones fallaron en la prueba luego de la privación del sueño. Pero cuando la interrumpieron, los ratones pasaron la prueba.
La activación optogenética de las neuronas marcadas por abstinencia de drogas involucradas en la memoria permitió a los ratones recordar objetos en sus lugares apropiados. Además, este efecto se replicó con estimulación láser repetida cinco y ocho días después del entrenamiento.
Roflumilast
Sin embargo, la técnica utilizada para hacer esto, la optogenética, es un enfoque experimental que requiere un ajuste genético. Por lo tanto, todavía está muy lejos de ser utilizada en humanos.
Para experimentar más en ratones con un enfoque menos invasivo, los investigadores recurrieron a un medicamento llamado roflumilast. Entre los variados efectos del fármaco se encuentra un impulso a los niveles de una molécula de señalización celular específica que disminuye cuando la memoria se ve afectada debido a la pérdida de sueño.
«Cuando les dimos roflumilast a los ratones entrenados mientras estaban privados de sueño justo antes de la segunda prueba, recordaron exactamente lo mismo que sucedió con la estimulación directa de las neuronas», comenta Havekes.
Los efectos de restauración de la memoria con roflumilast fueron evidentes 5 días después del entrenamiento inicial. Eso no es todo, el fármaco fue más efectivo que cuando se usaron tanto el fármaco como la activación de la luz.
El estudio se realizó en ratones, es cierto. Aun así, el objetivo a largo plazo de este tipo de trabajos es comprender cómo se adquiere, almacena y recuerda la información en los humanos. Quizá podamos encontrar una manera de ayudar a las personas cuya recuperación de la memoria se ha deteriorado.