Un equipo de científicos israelíes finalmente ha descubierto por qué algunas especies de corales brillan en la oscuridad. Al parecer, sus tentáculos verdes y amarillos brillantes los ayudarían a atraer a sus presas.
«A pesar de las lagunas existentes en los conocimientos sobre la percepción visual de las señales de fluorescencia por parte del plancton, nuestro estudio presenta pruebas experimentales de la función de atracción de presas a la fluorescencia en los corales», afirma Or Ben-Zvi, investigador de la Universidad de Tel Aviv.
Los autores del estudio pensaron que estos corales fluorescentes podrían usar la luz para atraer a sus presas, como el diminuto plancton. Este método se ve en otros habitantes de aguas profundas que emiten bioluminiscencia (hipótesis bautizada como «trampa de luz»).
Atraer a las presas mediante la fluorescencia parece una adaptación bastante esencial para los corales atrapados en el fondo marino. «Especialmente para los que están en hábitats donde se necesita otras fuentes de energía como sustituto de la fotosíntesis», añade Yossi Loya, biólogo marino.
Los Experimentos
En una serie de experimentos de laboratorio, el equipo comprobó si las gambas diminutas (Artemia salina) preferían un objetivo fluorescente verde o naranja frente a objetivos claros, reflectantes o de color mate colocados en el lado opuesto de un tanque. Efectivamente, las gambas se sentían atraídas y nadaban hacia la señal fluorescente.
Observaron resultados similares luego de realizar más experimentos en el Golfo de Eilat, situado en el extremo norte del Mar Rojo. El Anisomysis Marisrubri, un crustáceo autóctono que es presa de los corales en el Golfo, prefería las señales fluorescentes a los objetivos reflectantes. No ocurrió lo mismo con una especie introducida de larvas de peces.
Por último, los investigadores compararon las tasas de depredación entre corales Euphyllia paradivisa de diferentes colores, recogidos en el Golfo de Eilat a profundidades de 45 metros y transportados al laboratorio.
Los corales verdes fluorescentes disfrutaron de mayores tasas de depredación que sus compañeros amarillos fluorescentes, engullendo más camarones A. salina en 30 minutos. Cuando el experimento se repitió bajo luces rojas, no azules, que no excitan la fluorescencia de los corales, no hubo diferencias en los camarones consumidos.
«En su hábitat natural en los arrecifes mesofóticos de Eilat, el morfo amarillo de E. paradivisa resultó ser el menos abundante. Esto ahora puede explicarse potencialmente por la menor atracción de las presas hacia este color encontrada en el presente estudio», escriben Ben-Zvi y sus colegas.
Es importante tener en cuenta que el presente estudio sólo ha analizado una especie de coral mesofótico. Se necesitan más investigaciones para comprender mejor cómo el plancton y otros crustáceos perciben el color, lo cual probablemente difiere entre especies, ubicaciones y etapas de la vida.
El estudio fue publicado en Communications Biology.