La liofilización ha permitido un sinfín de posibilidades para las industrias. Entre ellas está deshidratar un alimento para trasportarlo hasta el espacio. Pero este proceso podría tener otros usos muy distintos, como clonar animales.
Así, la liofilización podría usarse para almacenar ADN e información de las células para ser usadas luego en clonación. La tasa de éxito es aún del 0.2 – 5.4%, sin embargo, la expectativa es enorme. Ahora, la publicación de una nueva investigación ha dado un paso importante.
«Mantener la biodiversidad es una tarea esencial. Pero almacenar células germinales como recursos genéticos utilizando nitrógeno líquido es difícil, costoso y se interrumpe fácilmente durante los desastres», escriben los científicos de la Universidad de Yamanashi en Japón. «Aquí, mostramos que las células somáticas liofilizadas pueden producir clones sanos y fértiles. Esto sugiere que esta técnica será importante para el establecimiento de soluciones de biobanco libres de nitrógeno líquido y alternativas más baratas y seguras».
Congelación extrema
El proceso de liofilización convierte el agua en sólido sin grandes cristales de hielo, que cuando son sometidos a alta presión pasan a estado gaseoso, el cual se extrae. Esto se realiza varias veces hasta que el producto sea liviano, pero manteniendo intacta la mayor parte de su estructura. Finalmente, en caso sea necesario, el producto puede rehidratarse y usarse.
Es un proceso bastante simple, que se lleva a cabo con éxito desde hace décadas. Pero emplear células para luego usarlas en la reproducción, no es como congelar fresas.
«La liofilización podría ser la mejor manera de preservar los recursos genéticos durante un período prolongado de manera segura, económica e independiente de la ubicación», escriben los autores. «Sin embargo, hasta la fecha, las únicas células que han producido descendencia después de la liofilización son los espermatozoides maduros. Es difícil recolectar espermatozoides de machos infértiles y ovocitos/embriones de hembras fértiles».
Clones y su tasa de éxito
Para clonar animales se necesita de una célula no reproductiva (llamada célula somática) con todo el ADN del animal. Esta se inserta en un óvulo y, con un poco de tiempo, comenzaría el desarrollo del embrión.
Las células somáticas y reproductivas, para biobancos u otros fines, se pueden almacenar en nitrógeno líquido, cuya temperatura se debe elevar rápidamente para activarlas. Pero los científicos querían ver si funcionaba con liofilización, por lo que utilizaron células somáticas de ratón. Estas se secaron por congelación y se mantuvieron a -30°C durante un máximo de nueve meses.
Las células murieron y hubo un daño significativo en el ADN. No obstante, el equipo logró extraer información genética y colocarla en nuevas células, que se convirtieron en líneas celulares de embriones tempranos. Luego, se extrajo la información nuclear de estas líneas celulares y se insertó en un nuevo embrión, permitiendo hacer clones de ratones.
El éxito fue muy bajo (0.2%), más bajo incluso que el éxito de la clonación de la oveja Dolly, que fue de 0.4%.
Algunos ratones portaban anomalías epigenéticas debido al daño en el ADN. En un caso la línea celular perdió su cromosoma Y y pasó de hombre a mujer.
En consecuencia, se necesita mucha más investigación si se quiere explotar esta técnica.